CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló pretende implantar antes de acabar el año el sistema de cámaras de reconocimiento de matrículas para controlar el acceso al centro. La Concejalía de Movilidad todavía no maneja una fecha determinada, ya que depende de algunas variables, pero prevé poner en marcha el servicio entre octubre y diciembre, en función de la adecuación del software.
Como Castellón Plaza adelantó este miércoles, el Acord de Fadrell lleva meses trabajando en la eliminación de los bolardos con el propósito de implementar un método mucho más efectivo y moderno. Se trata de controlar la entrada de vehículos no autorizados a calles restringidas de forma sostenible y menos problemática al reducirse los siniestros.
A través de las cámaras de videovigilancia, la lectura de las placas se hace en tiempo real. En consecuencia, si el propietario del automóvil carece de permiso para acceder al casco antiguo, el sistema informático tramita la multa automáticamente.
Ante el cambio tan drástico que supone suprimir los pivotes hidráulicos, el consistorio realizará una campaña informativa, de manera que la ciudadanía tendrá tiempo suficiente para asimilar y conocer el nuevo sistema. Además, en las entradas de las principales vías se colocarán señales verticales a fin de advertir a los conductores que el paso de vehículos sin autorización está prohibido y que el incumplimiento de la norma acarreará sanción al existir filmadoras.
El centro de Castelló cuenta con más de 19 bolardos que contribuyen a la peatonalización de las calles más concurridas. Algunos se localizan en Colón, Enmedio, Mayor o Campoamor. Desde hace semanas están desactivados, lo que se ha traducido en una mayor presencia de turismos, independientemente de la hora del día. Sin embargo, esa permisividad con el tráfico desaparecerá en el momento en que la videovigilancia esté operativa.
La utilización de este sistema de control funciona con éxito en otras ciudades españolas. Más allá de pacificar el tránsito, disminuye considerablemente los accidentes por colisiones o elevación de los pilones retráctiles.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara