CASTELLÓ. El sector azulejero no lanza las campanas al vuelo respecto al acuerdo que el Consejo de Ministros europeo ha alcanzado este martes y que, para el caso concreto español, podría acarrear una reducción del consumo de menos de la mitad global, fijado en el 15%. Desde las dos principales patronales, la azulejera Ascer y la esmaltera Anffecc, rechazan hacer valoraciones hasta que no esté la letra pequeña del pacto, y esta no se conocerá hasta dentro de unos días, cuando la Comisión Europea lance su procedimiento.
De esta manera, y pese a que las dos organizaciones empresariales aplaudieron la semana pasada la postura de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, frente a la imposición de Bruselas, ninguna de las dos desea valorar una medida que, en todo caso, puede afectar a su productividad. No en vano, aunque la reducción de consumo para España, a materializar en la próxima primavera, puede estar en torno "al 7 u 8 por ciento", según ha trasladado Ribera, y pese a que la ministra ha negado que pueda provocar paros productivos en las industrias gasintensivas, en las patronales prefieren ser cautos.
La cotización, por encima de 214 €/MWh
No extraña, puesto que el gas se ha convertido en los últimos años en el principal lastre de las factorías cerámicas, hasta el punto de amenazar incluso su rentabilidad seriamente. Y la situación no cesa de empeorar: en los dos últimos días la cotización del indicador TTF se ha disparado. Después de que Gazprom anunciara este lunes que reducirá el suministro a Alemania a través del gasoducto Nord Stream 1, el precio creció ese mismo día en más de 20 euros el megavatio hora hasta rebasar los 180. Y la escalada se disparó este martes, y especialmente en las últimas horas, hasta cerrar por encima de los 214 €/MWh.
En esta situación, la imposición de Bruselas en el consumo puede conllevar nuevas dificultades para la industria azulejera... o bien resultar completamente inútil. Y es que con estas cotizaciones, la actividad en la mayoría de las fábricas castellonenses va a resultar imposible. De hecho, antes de llegar a estos precios la mayoría ya venían barajando prolongar más allá de lo habitual sus paros de mantenimiento de agosto.