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El azulejo teme el presente: este año puede pagar más de 2.000 millones con un gas de nuevo disparado

6/07/2022 - 

CASTELLÓ. La principal industria castellonense, y una de las de mayor balanza comercial para la economía española, el azulejo, ya no solo teme al futuro, como aventuró a finales de 2021, sino que vive atenazado, directamente, por el presente. Después de que el año pasado sus costes energéticos se disparasen hasta los 939 millones de euros y, sumados a los derechos de emisión, se comiesen directamente uno de cada cinco euros que ingresó el sector, la actual escalada del gas vuelve a ponerle en jaque. 

No en vano, las cotizaciones en el mercado del gas vuelven a estar desbocadas. Así, el indicador TTF superó este lunes los 160 euros por megavatio y este mismo martes alcanzó "los 170", indica el secretario general de la patronal azulejera Ascer, Alberto Echavarría. De hecho, rozó los 176 €/MWh a las 13.04 horas. Al cierre, su cotización rondaba los 162 euros. Estas cifras suponen un incremento de alrededor de 90 o 100 euros respecto a hace solo un mes, cuando este indicador a futuro cotizaba a unos 79 euros el megavatio hora. 

En cuanto al mercado ibérico, el indicador Mibgas cerró este martes a 137 euros y vendía con vistas a agosto a 145 €/MWh. El pasado 5 de junio la cotización para julio era de 74,6 €/MWh y la de agosto 71,3. 


Es por ello que en el sector se temen lo peor y ya estiman que el actual alza, unida a los desmesurados precios que ya han venido sufriendo en los cinco primeros meses, con picos en marzo por encima de los 200 euros, volverán a disparar la factura energética. Y así lo destaca Echevarría: "Estamos muy preocupados por la situación de la energía; el año pasado ya superamos los 1.000 millones de euros a nivel sectorial con un precio medio del gas de 40 euros y hoy está a 170, así que prevemos que el coste más que duplique la cifra". 

Diferentes razones... y sin previsión de cese

No en vano, y al contrario de las escaladas precedentes, que venían marcadas por situaciones de "miedo", el alza actual viene dada por una diversidad de razones. Así, el último boletín de precios de mercados de la asociación GasIndustrial, titulado El precio del gas, imparable, vuelve a máximos (y eso que recoge la cotización media entre el 18 de junio y el 1 de julio, de 114,47 €/MWh) apunta a diferentes causas. Entre ellas cita la disminución en la previsión de cotas de almacenamiento de gas europeo; los mantenimientos llevados a cabo en el campo de producción noruego y el paro de la planta estadounidense de Freeport LNG.

Además, GasIndustrial también señala a la disminución de la capacidad del gasoducto Nord Stream 1, con una parada por mantenimiento planificado inminente. Asimismo, fuentes del sector recuerdan el conflicto abierto con Argelia, que ha tensionado la oferta "y va a aumentar los precios del gas"; y el hecho de que la importación de combustible estadounidense también se ha encarecido, algo lógico por otra parte. 

Y todo ello en el contexto del conflicto bélico en Ucrania y el posible corte de gas ruso a Alemania, lo que desembocaría en una situación mucho peor, apuntan otras fuentes. De ahí que en el sector asuman que la situación "tiene mala pinta". 

En este sentido, Echavarría remarca que las industrias gasintensivas, como lo es la azulejera, "no pueden soportar esta situación: la demanda no puede absorber el aumento de precio y las cuentas de las empresas se están resintiendo constantemente". 

No en vano, a tenor de los precios del gas, la electricidad y los derechos de emisión de CO2 de los cinco primeros meses del año, en Ascer estiman que la factura total del sector puede superar los 2.100 millones de euros a final de año. El incremento del coste del gas sería de en torno al 146%, el de la electricidad un 37%, y el del CO2 un 55%, según el informe hecho público este martes.

Menos inversiones y destrucción de empleo

Por ello, Echavarría pide "una solución a corto plazo" que estabilice las cotizaciones del gas, al estilo de la intervención que, con la denominada excepción ibérica, se ha producido para reducir el precio de la electricidad. De no ser así, "las inversiones de las empresas se van a ver comprometidas y la descarbonización se va a frenar". Y lo que es peor, "se van a destruir puestos de trabajo que veníamos creando", advierte el secretario general de la patronal azulejera. 

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