VALÈNCIA. Si 2024 fue un año tortuoso para la factoría de Ford en Almussafes, este 2025 no ha sido mucho mejor. La producción continúa en caída libre ante la falta de carga de trabajo, una situación que ha obligado a activar un ERTE Red, el instrumento laboral que permitió salvar a cerca de un millar de empleos frente al ERE, y que se ha traducido en varias paradas de actividad en la planta valenciana. Todo ello se produce, además, en un contexto global para la automoción marcado por más sombras que luces, con la creciente presión de la competencia china y el impacto de los aranceles de Estados Unidos.
Ahora, además, se suman los últimos bandazos de Europa, que ha rectificado su veto a la venta de coches de combustión más allá de 2035, tal y como estaba fijado inicialmente. Aunque, a priori, esta decisión beneficia a la planta valenciana, que va a apostar por los modelos híbridos, no deja de generar confusión entre los fabricantes. Algunos han sabido adaptarse a los cambios, mientras que para otros genera desconcierto el cambio constante en las reglas del juego. De hecho, esta indefinición en los planes de Bruselas fue un factor que llevó a la firma del óvalo a retrasar la electrificación de Almussafes, que ha contribuido a que la situación en la planta a día de hoy sea delicada a la espera del nuevo modelo multienergía prometido para 2027, pero del que todavía falta concreción.
Esta demora en la decisión final ha generado no solo incertidumbre en la factoría, sino en la industria auxiliar valenciana. La producción en la automoción valenciana sigue en una situación de "desplome", con un retroceso del 52,9% entre julio y septiembre, prolongando la desaceleración iniciada en 2023, según datos de la patronal del metal, Femeval. De hecho, muchas empresas están diversificando hacia otros sectores como defensa como válvula de escape.
En este momento, y desde que en abril de 2024 Almussafes perdiera la furgoneta Transit, la fábrica valenciana solo produce un único modelo, el Kuga. Esto, lógicamente, ha afectado a sus ritmos de trabajo, lastrando su actividad hasta mínimos históricos desde el inicio de operaciones a mediados de 1976.
Aquel primer ejercicio fue el de menor producción de su historia, ya que la maquinaria comenzó a engrasarse y la actividad arrancó a mitad de año, lo que se tradujo en apenas 17.000 vehículos. Sin embargo, al año siguiente se superaron las 200.000 unidades. En 2025 la producción ha sido de 98.500 vehículos, lo que convierte a este ejercicio en el segundo peor año de Almussafes en términos de fabricación y el peor de un ejercicio completo, según datos de UGT, sindicato mayoritario en la planta.
De este modo, la producción en la fábrica se ha reducido un 17,6% respecto al año pasado, cuando salieron de las instalaciones valencianas 119.600 coches. Cierto es que entonces había aún dos modelos: la furgoneta Transit, que dejó de producirse en abril de 2024, y que supusieron 16.600 unidades el año pasado; y el Kuga, el único que queda en Almussafes, y del que en 2024 se fabricaron 103.000 unidades, mientras que este 2025 han sido 98.500, 4.500 vehículos menos.
Con este volumen, se sigue con la tendencia a la baja y ni siquiera se superan las cifras de la pandemia de 2020, cuando la fábrica cerró durante semanas, ni las de 2021, año especialmente duro por la crisis de los semiconductores. Un ejercicio que llevó a mínimos de producción desde 2012 con 168.000 coches frente a los 235.400 de 2020. Este 2025, el número ha sido aún más bajo.
Y las previsiones para 2026 no se antojan mejorables. La crisis se agrava por la falta de pedidos y la planta registra su peor año de actividad en la última década. En este sentido, cabe recordar que en 2019 se fabricaron 345.600 vehículos; 381.000 en 2018; y 417.002 en 2017, el máximo de los últimos diez años.
No será hasta 2027 cuando llegue el nuevo modelo multienergía prometido a Almussafes. En mayo de 2024, cuando se anunció, Ford cifró en 300.000 unidades anuales la producción de ese híbrido, pero desde entonces no ha habido nuevos movimientos. Algunas voces, incluso, ya deslizan que esa previsión inicial se ha rebajado y lo más probable es que finalmente sean en torno a los 200.000 vehículos al año y que será un vehículo similar al Bronco, como adelantó este diario. Pero no hay noticias oficiales desde entonces.
Hace unas semanas, Ford anunciaba un acuerdo con Renault para producir coches eléctricos para pasajeros en Europa con el objetivo de competir contra la fuerte competencia asiática en el mercado automovilístico. Un plan en el que Almussafes no tendrá a priori ningún papel relevante, aunque en su comunicación la firma quiso insistir en el "papel fundamental" de la factoría dentro de su nueva hoja de ruta, pero sin desvelar inversiones ni concretar la prometida carga de trabajo, que se anunció hace ya más de un año para 2027.

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- Foto: MARGA FERRER
Para UGT, sindicato mayoritario en Almussafes, pese al retraso en la electrificación, ese posicionamiento de la multinacional en defensa de la planta suponía "la primera de varias noticias positivas que vendrán, y que responden a un nuevo posicionamiento de Ford en Europa". En cualquier caso, el sindicato ya ha solicitado un encuentro con el nuevo presidente de Ford Europa, Jim Bambick, para concretar el futuro de la factoría, una cita que consideran debería celebrarse en Almussafes.
Y más después de los esfuerzos que recuerdan que ha hecho la plantilla, con la pérdida de más de 50.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, en los últimos tiempos. "Ahora corresponde carga de trabajo futura, que garantice como mínimo la plantilla actual", subrayó hace unos días la organización en un comunicado.
Ampliación del ERTE Red
Ante la bajada de producción, se produjo un excedente de personal que llevó a la firma del óvalo a acometer el año pasado su cuarto ERE en la planta de los últimos cinco años y a aprobar a principios de este año un ERTE Red. Un mecanismo que hace unos días se renovó por seis meses con las mismas condiciones con las que se ha aplicado durante este 2025: 4.152 trabajadores afectados de forma rotativa, 996 puestos diarios en regulación y el 90 % del salario con el cien por cien de complementos.
Este instrumento, previsto en artículo 47 bis del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, autoriza a la empresa a la suspensión temporal o la reducción de la jornada de los trabajadores, que en ese periodo reciben protección social. Implica, eso sí, un compromiso de mantenimiento del empleo durante dos años para las empresas que se acojan.
Con todo, Almussafes mira a 2026 con la esperanza de conocer las características de esa nueva inversión y prepararse para ello. La plantilla no espera más, tras el esfuerzo de estos años, y confía en la promesa de la empresa de que la nueva carga de trabajo garantizará la estabilidad en la producción y devolverá el esplendor a una de las plantas de la multinacional más eficientes y competitivas del mercado.