CASTELLÓ. El Colegio de Economistas de Castellón muestra su preocupación por el plan arancelario anunciado por Estados Unidos, advierte que reducirá la presencia de las empresas españolas en EEUU y que dificultará los intentos de internacionalización de las compañías más pequeñas al agravarse la competencia en la búsqueda de nuevos mercados entre diferentes países.
El presidente de la entidad colegial, José Manuel Salvador, expone que la mayoría de analistas y economistas coinciden en el impacto negativo de los aranceles, tanto en la economía de la propia EEUU como en el comercio internacional. “Los aranceles no solo disminuyen las importaciones, sino que a menudo provocan represalias por parte de los países afectados, lo que reduce las exportaciones del país que los impone, dañando a las industrias exportadoras y a los trabajadores asociados”, afirma Salvador,
El presidente de los Economistas de Castellón subraya que la opinión predominante entre los economistas esgrime que los aranceles de “Trump son una forma de autoinfligirse daño económico al aumentar los precios para los consumidores, frenando el crecimiento económico y generando incertidumbre en el mercado global, sin lograr los beneficios esperados de revitalización industrial a gran escala”.
A nivel nacional, añade, “las políticas proteccionistas de Donald Trump reducirán la presencia de empresas españolas en Estados Unidos, una circunstancia a la que hay que sumar las dificultades que afrontan las compañías más pequeñas para diversificar mercados y los problemas de competencia que generará esta búsqueda de mercados. Los nuevos destinos para diversificar se sitúan en el sudeste asiático y en Europa, pero las empresas recuerdan que este movimiento tendrá como consecuencia inevitable un fuerte aumento de la competencia”.
Por ello, considera que la Unión Europea debe aprovechar esta crisis “para reforzar su imagen de bloque y potenciar las reformas estructurales pendientes que sirvan para mejorar como zona económica”.
Afección en los hogares de EEUU
El presidente del Colegio de Economistas incide en los expertos señalan que los aranceles representan “unos impuestos que recaen sobre los consumidores y las empresas nacionales. Este coste se traslada a los consumidores a través de precios más altos para productos como ropa, calzado, electrodomésticos y otros artículos. Las mercantiles que dependen de materias primas, además, ven aumentar sus costes, lo que puede llevar a una reducción de su producción y trasladar dichos costes al cliente.
Salvador asevera que los anuncios de Trump ya han comportado un encarecimiento de la vida de los hogares estadounidenses” y agrega que entre los expertos hay acuerdo en que la política arancelaria puede desacelerar la economía por varios motivos; por un lado, al provocar un menor consumo, “ya que al subir los precios, los consumidores tienen menos dinero disponible para gastar en otros bienes y servicios; en segundo lugar, la volatilidad de la política arancelaria de Trump ha provocado una gran incertidumbre, lo que disuade a las empresas de invertir y contratar”, y tercero, hay una disminución del comercio internacional.
Frente a los supuestos argumentos favorables a los aranceles, Salvador rebate que el posible incremento de ingresos fiscales se ve contrarrestado por la bajada del PIB y la incertidumbre económica. Asimismo, frente al supuesto refuerzo de la industria local, apunta que este supuesto beneficio se ve superado por “los mayores costes para consumidores y empresas”.
“A pesar de estos matices favorables, la mayoría de economistas concluyen que la política arancelaria de Trump es perjudicial para la economía”, agrega el presidente de los Economistas de Castellón.