Opinión

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La vida es bonita

Publicado: 25/08/2025 ·06:00
Actualizado: 25/08/2025 · 06:00
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Hemos recuperado el verano morellano y sus refrescantes temperaturas nocturnas. La vida es bonita, como escribiera el añorado y estimado periodista José Martí Gómez. La ciudad de Els Ports va recuperando la cotidianidad tras largos días de fiestas y de bous, de massa bous. Ayer regresó a la Plaça el mercado dominical de fruta, verdura, frutos secos y variantes. Un placer para los sentidos, los mejores y enormes tomates rosa y los mejores melocotones aragoneses, la mejor verdura de Benicarló y Vila-real. Mis nietos siguen alterados pero ha vuelto la rutina de jugar en la plaza Colón y degustar las papas de Olga, de Canyero, recién hechas y sabrosas. Mi perro Pancho ha retomado vida y movimiento gracias a las visitas de Biel, Aimar y Quim, alterando su pasividad y generando mucha alegría. Mientras, el más pequeño de mis nietos, Guillem, ha comenzado a dar sus primeros pasos y está dispuesto a comerse el mundo, su mundo diminuto y bello. 

La quinta de 1960 ha celebrado su encuentro anual. 65 años para un amplio grupo de mujeres y hombres que iniciamos el camino de la jubilación. La  bella y monumental Carrasca, de Cinctorres, del Faixero, acogió este encuentro excepcional. Hablamos, reímos mucho y bailamos. Porque una fiesta es una fiesta. Regresamos de noche a Morella, cargadas y cargados de buena energía, de ganas de repetir al año próximo. Hablamos por los codos del paso del tiempo, del vértigo de este paso, de la tramitación de la jubilación, de las pensiones, de la alegría de jubilarse, de llegar sanas y sanos a este momento. Pero lo de acostumbrarnos al abandono de la vida laboral no quedó muy claro. Es una situación extraña, toda una vida trabajando y cuando aún te sientes activa y activo, debes, o no debes, recibir el retiro, el despido de la vida laboral, el límite para agradecerte los servicios prestados a la sociedad. 

La enorme sombra que proyectaba la carrasca acogió nuestras risas y reflexiones. Cada persona, un mundo de situaciones, de sueños, deseos, frustraciones, quejidos y dolores optimistas, lo propio del paso de la vida. Las nuevas generaciones, de los años sesenta y finales de los cincuenta del pasado siglo, aportamos otra visión a la jubilación. Nos sentimos jóvenes y con ganas de comernos nuestro mundo, sabio, amplio, pleno, lleno de posibilidades transformadoras. No quisimos bailar pasodobles, ni practicar el baile del gallo, ni Los pajaritos, la música que solicitábamos era rock y temas de la movida madrileña, canciones y grupos de los años ochenta y finales de los setenta. Es nuestra salsa, y aún conservamos esas ganas de gritar y bailar con Tequila o los Rollings. Somos jóvenes, activos y preparados para seguir luchando en esta vida que nos ha tocado vivir a cada una y cada uno de nosotros. Bailamos, reímos y conversamos, y brindamos con tristeza por los ausentes, por Rourera, que hubiera deseado una fiesta colectiva y un brindis para recordarle. 

Como las prolongadas paredes de piedra en seco que envuelven el paraje de La Carrasca y todo el territorio de la comarca de Els Ports, así somos en esta tierra, firmes como las piedras, unidos, solidarios, formando construcciones desde la colectividad, piedra a piedra, entre el cielo y la tierra. Y así es Vicent Torrent, con sus ochenta años, tras más de cincuenta años de Al Tall, el grupo que ha sido banda sonora de nuestra vida mediterránea. Torrent presentó el pasado viernes en Morella su libro Totes les Cançons. Cada tema es un poema de la vida de este pequeño gran país valenciano, cada letra ha acompañado el devenir de la historia propia más cercana, cada música ha formado parte del relato personal y colectivo. Vicent Torrent, maestro, músico, escritor, musicólogo especializado en la música tradicional del País Valencià y de otros ámbitos mediterráneo. Gracias a su trabajo se ha recuperado el patrimonio musical de un pueblo y, ahora, con toda su generosidad y sabiduría nos entrega en este libro un recorrido completo por las canciones de Al Tall. Un lujo de edición, editada por Soledad Desfils con la colaboración de la editorial Afers. Gracias a este libro de canciones en valenciano seguimos reivindicando la lengua, absolutamente agredida en estos momentos por los gobiernos del PP y su ultraderecha.

El verano morellano, las fiestas de la comarca, la vida de Els Ports se adentran poco a poco en septiembre, el regreso a la escuela, a la rutina, a la llegada del otoño, a reencontrarse con la calma, los primeros fríos y el hermoso silencio que recorre las calles de estos pueblos. Es un tiempo lleno de belleza, un tránsito hacia el otoño, la estación de los atardeceres rojos, de la niebla que cada amanecer convierte esta comarca en un océano de montañas. 

Buena semana. Buena suerte.

No se olviden de Gaza, ni de Cisjordania.

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