VALÈNCIA. La construcción residencial sigue sin recuperar la intensidad de épocas anteriores. Aunque en las ciudades vuelven a verse grúas y promociones en marcha, el ritmo de construcción está muy lejos de responder a la demanda actual. Y ese desequilibrio entre oferta y demanda es uno de los factores que está agudizando la emergencia habitacional actual. No es la única variable que explica el actual problema, pero la falta de vivienda disponible, especialmente a precios asequibles, se ha convertido en uno de los principales cuellos de botella del mercado, en un contexto, además, marcado por el crecimiento poblacional en regiones como la Comunitat Valenciana.

Los números son contundentes: entre 2015 y 2024 se construyeron y terminaron 76.054 inmuebles en la Comunitat Valenciana, menos de los que se levantaron en 2008, cuando fueron 80.945 viviendas, de acuerdo con los datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Un panorama que ilustra hasta qué punto el sector sigue sin alcanzar la actividad de hace más de una década. El año pasado fueron 10.500 viviendas en la región, un dato que contrasta con las 105.897 personas de población que ganó la autonomía en 2024 hasta alcanzar los 5,5 millones de ciudadanos, según datos del INE. 

Este desajuste entre la producción de vivienda y la creación de hogares evidencia la brecha existente en el mercado residencial. De hecho, según un informe del Banco de España, la autonomía necesita 40.400 viviendas más de las proyectadas hasta 2025, mientras que desde BBVA Research advierten de que la obra nueva sólo ha cubierto el 30% de los hogares creados entre 2021 y 2025 en la Comunitat Valenciana. 

De acuerdo con los datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, la obra nueva finalizada en la Comunitat Valenciana en 2024 fue de10.500 viviendas, de las que 5.914 fueron en la provincia de Alicante, 3.434 en la de Valencia y 1.152 en Castellón. Unos números que quedan lejos del dinamismo de los años 90 o el 'boom' de principios de los 2000, con ratios de hasta 80.000 unidades anuales, pero que, sin embargo, suponen el registro más alto desde 2010, cuando se acabaron 21.959 viviendas en la región. De hecho, la producción del pasado año fue un 44,9% superior que la de 2023, que se saldó con 7.245 inmuebles.

En concreto, la serie histórica arranca a principios de los años noventa, con el despertar del ciclo inmobiliario en tierras valencianas. El territorio inició entonces su propio desarrollo urbanístico, impulsado por el crecimiento turístico, la expansión de las segundas residencias y el aumento progresivo de las ciudades. Así, hasta finales de la década, se terminaban de media en torno a 25.000 viviendas al año, una cifra moderada si se compara con los siguientes años.

A partir de 1999, la Comunitat Valenciana entró en una nueva fase, considerada la época dorada del urbanismo español, alimentada por la facilidad de crédito, la llegada de inversión y el auge demográfico. Solo así se explica que se pasara de 30.285 unidades en 1999 a las 41.894 un año más tarde y a las 69.706 viviendas de 2004. Sin embargo, el salto cuantitativo aconteció entre 2004 y 2008, cuando se encadenaron varios ejercicios por encima de las 80.000 viviendas anuales, el mayor ciclo urbanístico vivido en la región. El máximo histórico fue en 2005 con 88.043 inmuebles.

Estalló entonces la crisis inmobiliaria y el sector paró de forma abrupta: de 80.945 viviendas en 2008 se pasó a 51.402 en 2009 y a 21.959 en 2010. De aquellos tiempos quedaron promociones a medio construir y grandes actuaciones congeladas como Sociópolis en València o el Plan Rabassa en Alicante. Símbolos del frenesí que hubo y que se bloqueó con una crisis que hundió la economía española. Y, a nivel residencial, todavía se arrastran los resquicios de aquella parálisis.

Tanto es así que la caída continuó hasta tocar suelo en 2013, con 2.907 viviendas, lo que implica un desplome del 96,4% respecto a 2008. Desde ese mínimo, la recuperación ha sido progresiva, pero con altibajos: repuntes en 2018 (7.319), 2020 (9.842) y 2021 (10.167), moderación en 2022 (7.539) y 2023 (7.245), y nuevo salto en 2024 (10.500), según los datos del Ministerio.

Por tanto, entre 2019 y 2024 se han construido 51.521 viviendas, lo que equivale al 62,7% de todo lo edificado entre 2013 y 2024 (82.176). De media, en este periodo se están terminando 8.587 viviendas anuales, aproximadamente 9,4 veces menor que el de 2004-2008, según los datos.

Y, ¿cómo evoluciona la tendencia este 2025? Según los datos del Ministerio, hasta junio de este año se han culminado 4.297 inmuebles en la Comunitat Valenciana, un 21,3% menos que en el mismo periodo de hace un año, cuando ya se habían levantado 5.213 viviendas. Por provincias, Alicante es la que presenta un mayor dinamismo con 2.725 unidades ya acabadas; mientras que en Valencia son 1.338 y Castellón presenta una mayor desaceleración con solo 234 viviendas de nueva planta acabadas en el primer semestre del año 2025.

Por tanto, la construcción en la autonomía valenciana ha repuntado, pero sigue lejos de las cifras de antaño, y la oferta de vivienda continúa limitada, en un momento de máxima necesidad en el mercado. La Comunitat ha pasado de más de 80.000 viviendas al año a unas 10.000 y todo ello con la presión demográfica y un gran apetito inversor tanto de grandes grupos como de particulares. De ahí, la urgencia de aumentar el stock disponible y ofrecer una solución habitacional, especialmente a precios asequibles, para no dejar atrás a muchas familias que no se pueden permitir los precios actuales.