CASTELLÓ PARALIZA EL EXPEDIENTE CUATRO MESES DESPUÉS DE AJUDICAR EL SERVICIO A ACUSTTEL

El cierre del ocio nocturno obliga a suspender el contrato para las mediciones acústicas en Lagasca

26/02/2021 - 

CASTELLÓ. El cierre del ocio nocturno obliga al Ayuntamiento de Castelló a suspender sine die el contrato de monitorización de la calle Lagasca, adjudicado a Acusttel el pasado 16 de octubre de 2020. Como ocurre con las mediciones de las tascas, la covid-19 impide desarrollar el servicio en unas condiciones de normalidad, por lo que los técnicos municipales desaconsejan seguir adelante con la prestación. Las dudas sobre el amparo jurídico y la validez de los resultados de los equipos de medición, al no ajustarse a la realidad acústica, abocan a tomar la decisión por parte del equipo de gobierno.

En el caso de Lagasca, además, la evaluación tiene todavía menos sentido en las actuales circunstancias, teniendo en cuenta que la causa del ruido no existe. Según consta en el informe del negociado de control de Actividades, responsable del contrato, las restricciones vigentes por la situación del virus imposibilitan a las discotecas y pubs poder realizar su actividad. En efecto, "no pareciendo que dicho ocio se reactive a corto plazo dada la evolución de la pandemia", según figura en el decreto de revocación, se resuelve cancelar el contrato e indemnizar al contratista por los daños y perjuicios que la decisión le pueda ocasionar en los términos y requisitos establecidos en la normativa aplicable.

El Ayuntamiento de Castelló acordó licitar nuevas mediciones en septiembre del pasado año con el propósito de valorar la supresión de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Dos empresas, Labacustic SL y la reseñada Acusttel, pujaron por el contrato que tenía un presupuesto base de 34.702,8 euros (impuestos incluidos) y un plazo de ejecución de un año. La segunda mercantil se hizo con la adjudicación por un importe de 24.378 euros, más 5.119,38 euros en concepto de IVA. La concesión se llevó a cabo mediante procedimiento abierto, suscribiéndose por el contratista en fecha 26 de octubre el documento de aceptación. Al día siguiente, se inició la vigencia del mismo.

Instalación de seis sonómetros

De acuerdo con lo estipulado, debían instalarse seis sonómetros sobre luminarias o cualquier otro soporte en altura. Su ubicación se repartía entre Lagasca, Marqués de la Ensenada, Hermanos Bou y Obispo Salinas. Su funcionamiento, similar al de los aparatos del entorno de las tascas, permitiría obtener datos de forma ininterrumpida las 24 horas del días durante un periodo de 12 meses.

Sin embargo, apenas un mes de sellarse el expediente de ejecución, los funcionarios municipales determinaron que, a consecuencia de la evolución epidemiológica, no se daban los requisitos para seguir adelante con la monitorización. De ahí que ahora el consistorio haya suspendido las mediciones.

La calle Lagasca tiene la consideración de ZAS desde mayo 2014, cuando las evaluaciones acústicas realizadas en la zona, a instancias de la Generalitat Valenciana, certificaron que los índices de decibelios superaban lo máximo marcado por la ley. Esos resultados forzaron al Ayuntamiento a impulsar una serie de medidas correctoras, tales como como el incremento de la presencia policial, la reducción de los horarios y la suspensión de nuevas licencias.

Ahora, casi siete años después, el consistorio pretende valorar de nuevo la contaminación acústica con vistas a estudiar más adelante la posibilidad de restaurar el Plan Acústico de Ámbito Zonal (PAZ), mucho más laxo respecto a las medidas. No en vano, amplía el cierre de los establecimientos, pudiendo alargar las jornadas, especialmente en vísperas y festivos.

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