CASTELLÓ. El Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Podem-EUPV) da otro paso más para retirar la cruz del parque Ribalta con la adjudicación de los últimos contratos asociados al proyecto de recuperación del jardín. Se trata de la asistencia técnica para la contratación tanto de las catas arqueológicas como de la dirección de las obras. La mercantil Noverint Turisme i Arqueologia y la arquitecta Lidón Molinos asumen, respectivamente, las prestaciones una vez resueltas las licitaciones.
En el caso de las prospecciones, resultan de obligado cumplimiento, en vista de que el pulmón verde de Castelló está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). El plazo de ejecución de las excavaciones alcanza los 42 días, aunque el pliego recoge un periodo concreto de un mes, que comienza a contar a partir de la demolición del vestigio considera como franquista, en aplicación de la ley de Memoria Democrática. Por lo que respecta a la dirección de las obras, que incluye asimismo la coordinación de seguridad y salud, la duración de los trabajos se prolonga hasta el medio año, mucho más tiempo de las seis semanas que contempla el proyecto para eliminar la cruz y restituir el jardín de 1926.
Con la adjudicación de los dos contratos, el equipo de gobierno finiquita la tramitación administrativa. Ahora, solo falta que el Juzgado número 1 de lo Contencioso-administrativo se pronuncie sobre las medidas cautelares solicitadas por Abogados Cristianos. Si desestima la petición de la asociación, el Fadrell iniciará las obras al considerar que se dan las garantías jurídicas necesarias.
En este sentido, la empresa responsable de la actuación civil, Solaris Purgaret SLU, está pendiente de noticias desde el 6 de mayo, cuando la Junta de Gobierno Local aprobó la adjudicación. Presentada toda la documentación requerida, todavía no se ha producido la firma del contrato al encontrarse sujeto a la causa judicial. Así lo señala el acta de resolución del procedimiento simplificado, que informa a la contratista acerca de la existencia de un recurso formalizado el 1 de abril de 2022 contra el decreto por el que se aprobó el proyecto de recuperación del jardín de la cruz de Ribalta.
Por otro lado, la parroquia de Santo Tomás de Villanueva sigue preparando su explanada para acoger el monumento. El 10 de mayo, el vicario general de Obispado, Javier Aparici, y la concejala de Cultura y Memoria Democrática, Verònica Ruiz, acordaron ese emplazamiento después de aceptar la diócesis Segorbe-Castelló la custodia del lábaro, que data de 1944.
Con la retirada de la cruz de Ribalta, el ejecutivo local cumplirá uno de los compromisos adquiridos al principio de la legislatura y que forma parte del documento de gobernanza del Acord de Fadrell. El punto 240 señala "el cumplimiento" de la normativa valenciana con el propósito de retirar la simbología de exaltación franquista. En este sentido, destaca como preferente la eliminación de "la Cruz de los Caídos del parque Ribalta".
No en vano, el proyecto viene heredado del mandado anterior. La ejecución se quedó en stand by en 2018 a consecuencia del primer recurso interpuesto por Abogados Cristianos. El contencioso saltó de la Audiencia Provincial al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) en 2019. Aunque el Ayuntamiento finalmente logró un fallo favorable, se vio abocado a iniciar un nuevo expediente, el actual, a fin de proceder a la retirada del monumento.