Barrachina activa los planes departamentales en la Diputación para diseñar un presupuesto expansivo

CASTELLÓ. La presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina, enfila su primer presupuesto, el correspondiente al ejercicio 2024. La activación de los planes departamentales para que cada área de gestión aporte sus previsiones significa el inicio de la tramitación administrativa. El objetivo estriba en culminar el proceso en diciembre para que las cuentas entren en vigor a principios de enero, es decir, en tiempo y forma.

Aunque por el momento la cifra del proyecto económico supone una incógnita, ya que depende de diferentes variables contables, lo cierto es que las directrices marcadas desde la presidencia son muy concisas, según ha podido saber este diario. Por un lado, debe primar el principio de discriminación positiva hacia los municipios más pequeños, especialmente de las comarcas del interior. Por otro, la naturaleza expansiva tiene que caracterizar el borrador financiero.

Sin superávit del anterior gobierno

Una dificultad añadida a la hora de realizar el encaje de bolillos obedece la limitación de remanentes de tesorería. A diferencia de lo que se encontró el socialista José Martí en 2019, con 31,7 millones heredados de Javier Moliner, el saldo del presupuesto 2023 resulta exiguo, con lo que el PP carece de colchón financiero para incrementar de manera significativa aquellos planes dirigidos a potenciar las obras de los ayuntamientos más modestos.

A pesar de esa contrariedad interventora, las cuentas de 2024 se van a distinguir por mantener la tendencia alcista de la última legislatura. Hace cuatro años, el nuevo gobierno del PSPV y Compromís concibió un presupuesto para 2020 de 148,9 millones de euros. Esa cantidad se vio ostensiblemente aumentada para 2021 con 168,3 millones. El crecimiento también se reflejó en el proyecto económico para 2022 al rozar los 178 millones de euros (177,8 millones). Para este año, la cuantía se situó en 188 millones.

En cada uno de los ejercicios del anterior ejecutivo, siempre se incorporaron remanentes gracias a ese superávit de 31,7 millones. Incluso, en 2019 parte de esa suma (7,5 millones de euros) se destinó a abrir un depósito bancario, lo que generó críticas de la oposición, sobre todo del PP, al considerar que el dinero debía revertir "en la mejora de servicios e infraestructuras de los 135 municipios de la provincia", según manifestó entonces el popular Salvador Aguilella, en la actualidad diputado autonómico.

En busca del consenso que no se dio en el anterior mandato

En el postrero mandato, el gobierno del PSPV y Compromís hizo valer su mayoría parlamentaria para aprobar los distintos presupuestos. Nunca hubo consenso entre los cuatro grupos políticos pese a la voluntad del presidente por llegar a acuerdos. Solo en 2020 y 2023, Ciudadanos votó a favor. El PP afeó a Martí su falta de ambición para oponerse o abstenerse.

Marta Barrachina aspira ahora a que sus primeras cuentas al frente de la institución supramunicipal convenzan a todos los partidos, lo que no consiguió en el pleno de julio para aprobar el nuevo régimen retributivo. Si bien el PSPV y Compromís apoyaron la propuesta (derivó en cierta marejada orgánica), Vox se abstuvo. Las tres formaciones de la oposición están a la espera de noticias sobre un posible diálogo para sentarse a negociar el presupuesto 2024. El grupo socialista ya ha mostrado su predisposición a establecer sinergias en este sentido.