La alcaldesa, Amparo Marco, entre los concejales David Donate e Ignasi Garcia. Fotos: Antonio PradasCASTELLÓ. El primer trimestre de 2020 marcará la evolución de los grandes proyectos del Acord de Fadrell para Castelló. El Plan General (PG), los presupuestos, la ronda Oeste, la rehabilitación del edificio de Borrull o el Camí Caminàs coparán la agenda municipal. Los frentes abiertos se le acumularán al tripartito y, dependiendo de su resolución, se convertirán en arma arrojadiza para la oposición en el debate político (en realidad, ya se han convertido).
En algunos casos, como por ejemplo las cuentas municipales, el empuje definitivo para su aprobación dependerá del equipo de gobierno. Si las previsiones se cumplen, entre febrero y marzo se celebrará el primer pleno para validar el borrador de ingresos y gastos, que rondará los 187 millones de euros.
En otros, la "sensibilidad" de las administraciones condicionará la hoja de ruta. La diligencia de la Conselleria de Transición Ecológica con la evaluación ambiental de la parte estructural del PG definirá los plazos a propósito del resto de la tramitación administrativa.
En la misma línea, la decisión final acerca del pago de las tasas permitirá desbloquear a corto plazo la reforma del Camí Caminàs y, como consecuencia, reactivar una regeneración integral que lleva un año encallada.
Obras Públicas también deberá pronunciarse en estos meses sobre las expropiaciones de la ronda Oeste, cuya segunda fase completará el anillo de circunvalación de la ciudad. Aunque existe un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Generalitat respecto al rol que jugará cada institución (la primera redactará el proyecto y se encargará de la burocracia, mientras que la segunda asumirá la financiación), decidir cuál de las dos se ocupará de la adquisición de los terrenos supondrá el espaldarazo definitivo.
Otra infraestructura esencial para Castelló es la restauración del inmueble de Borrull, pendiente desde 2015. Tras anunciar el president, Ximo Puig, que el Consell absorberá el aumento del presupuesto, ahora solo falta que los servicios jurídicos autonómicos concreten la figura legal que garantizará el cumplimiento de la legalidad con el protocolo para que el Ayuntamiento gestione el edificio como nuevas dependencias de servicios sociales. El Fadrell espera que antes de Magdalena esté solucionada la disyuntiva para avanzar con la licitación.
Vistos los asuntos de enjundia, el tripartito tendrá trabajo por delante en estos meses. Cabe advertir que en la campaña de las municipales los distintos alcaldables de la coalición progresistas siempre reclamaron el voto de la ciudadanía para culminar en esta legislatura la anhelada transformación de la ciudad, cuyos cimientos se establecieron en la anterior. Y esa mudanza hacia una urbe sostenible, verde e innovadora dependerá en buena medida de algunos de los retos fijados para primer trimestre de 2020.
