la felicidad se adueña de los balcones y terrazas en toda la ciudad

El toque de queda no logra callar la fiebre amarilla

6/05/2021 - 

VILA-REAL. El estado de alarma no impidió que los aficionados amarillos mostraran su gran alegría por el éxito conseguido por el Villarreal de pasar a la final de la Liga Europa. El pitido final del árbitro fue el inicio de una explosión de júbilo que recorrió todas las calles de una ciudad que, si bien estaban vacías, los balcones, terrazas y ventanas se convirtieron en la mejor grada donde compartir la felicidad del momento.

Fuegos artificiales, cánticos, aplausos y vítores se prolongaron durante buena parte de la noche en una emoción contenida a lo largo de los 95 minutos de duración de un encuentro en el que los amarillos sufrieron mucho ante un rival, el Arsenal, que puso las cosas difíciles al conjunto de Unai Emery. Al final, alivio, pero con la sensación de que el fútbol había hecho justicia con un equipo de una ciudad de poco más de 50.000 habitantes.


Pese a la alegría y a la euforia, el comportamiento de los aficionados resultó ejemplar ya que no hubo que registrar concentraciones que hubieran alterado las restricciones y el estado de alarma.

El alcalde de la ciudad, José Benlloch, quiso compartir este momento a través de las redes sociales resaltando el hecho de hacer historia y celebrando "el trabajo bien hecho, desde el esfuerzo y la humildad, que tienen al final su recompensa". Benlloch manifestó que es "una fecha histórica que no no hubiera sido posible sin el apoyo de la afición y, por supuesto, sin la junta directiva presidida por Fernando Roig". Para finalizar, animó a todos los aficionados a luchar por el título.

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