CASTELLÓ. Fomento Urbano de Castellón SA, la matriz bajo la que la familia Calabuig Gimeno agrupa toda su actividad económica, redujo su facturación y entró en pérdidas en el primer año de la pandemia. Concretamente, el volumen consolidado de negocio cayó un 8,2% hasta los 315,8 millones de euros. Peor funcionaron los resultados, ya que el conglomerado empresarial pasó de ganar 21,8 millones de euros en 2019 a perder 3,5 en 2020.
Este funcionamiento lo atribuyen las cuentas consolidadas de Fucsa a dos razones, la pérdida de actividad del Oceanogràfic debido a la restricciones para luchar contra la pandemia que se desató en febrero-marzo de 2020 en España y los negocios inmobiliarios del grupo.
Así, el informe de gestión recoge que prácticamente toda la caída de negocio del grupo se debe al cierre del Oceanogràfic durante la mayor parte del año, lo que le provocó un descenso de actividad de casi el 70% hasta facturar 20,4 millones de euros, unas cifras algo mejores que las recogidas en las cuentas individuales de esta firma. A pesar de ello, la familia castellonense incrementó su participación en la empresa de ocio a inicios del año pasado a través de una ampliación de capital de 9 millones de euros.
En cuanto a la disminución en el volumen de obras ejecutadas, este "tiene su origen en la ralentización, principalmente, de la ejecución del Plan de Inversiones de Redes que está realizando la Empresa Mixta Metropolitana, así como en la del resto de obras, como consecuencia de la situación de pandemia".
De esta manera, el grupo destaca que la venta de agua se mantuvo, e incluso creció ligeramente, en 2020; como también la gestión del alcantarillado. En el caso de la depuración de aguas, el negocio creció debido a que el conglomerado societario comenzó a gestionar nuevas depuradoras.
El informe de gestión destaca asimismo, en cuanto al negocio inmobiliario, que este sector "ha sido uno de los más castigados por la crisis económica en estos últimos años, y a consecuencia de ello la actividad inmobiliaria del grupo se ha ralentizado, realizando una labor de mantenimiento y ordenación administrativa-urbanística de los activos inmobiliarios para poder retomar la actividad en el momento en que se reactive el sector".
En este sentido, uno de los principales activos del grupo está en la costa de Oropesa, donde cuenta con una gran cantidad de terrenos, que ya trató de activar en 2018 y en donde en los últimos años ha promovido un centro de interpretación marino en el que muchos ven la excusa para edificar en la zona. El grupo castellonense se hizo en 2016 con las tierras por un millón de euros en una operación que ha llegado a la Audiencia Nacional, que recientemente ha absuelto a todos los acusados a pesar de que el principal imputado, Domingo Parra, reconoció el delito.
En cuanto a este negocio inmobiliario, las cuentas consolidadas del grupo recogen que, en los ejercicios 2019 y 2020, "se ha ido recuperando la actividad con el inicio de algunas promociones para vivienda habitual en sociedades participadas".
Todo ello en un gran grupo empresarial al que en 2020 se incorporaron dos sociedades: Enerlin Ingenieros SL y Promociones el Monte, SA. Con ello, ya son 52 las compañías que se agrupan bajo el paraguas de Fucsa. Sin duda, la principal es Global Ómnium (antigua Aguas de Valencia), que tiene un valor neto en libros de 88,5 millones de euros. Por su parte, Costa Bellver está valorada en 34 millones, mientras Global Ómnium Inmobiliaria lo está en 12. A su vez, Fomento de Obra Civil de Castellón tiene un valor de 8,8 millones.
La mayoría de las compañías tienen su sede social en Valencia o Castellón, pero también las hay en Portugal (al menos tres) o Eslovaquia.