CASTELLÓ. La calle Isaac Peral de Castelló integraba, junto a la calle Barracas, la concurrida y popular zona tascas de la capital de La Plana. En 2017, en el contexto de un periodo de conflicto que derivó en la declaración de Zona Acústicamente Saturada, la calle se quedó sin ninguna de sus dos conocidas tascas. En mayo de 2017, bajó la persiana la tasca El Mejillón tras casi medio siglo de vida. Ahora, siete años después, prepara su retorno a Castelló con un nuevo local a pocos metros de Isaac Peral. La otra tasca, la también popular La Cueva, ya había cerrado unos meses antes por sentencia judicial. Los cierres dejaron a la calle Barracas como única zona de tascas.
Desde entonces, ambos locales (contiguos) han permanecido cerrados y sin uso ni actividad. Hasta ahora.
El local que durante años alojó la mítica tasca La Cueva abrirá este mes de septiembre reconvertido en peluquería enfocada a los peinados tradicionales de 'castelloneras'. Pilar G. Laguna es la artífice de este proyecto con el que busca -cuenta- retomar su profesión pero también "dar vida" a una calle con tanta historia para la ciudad.
Pilar relata que hace ocho años (casi la misma época del cierre de La Cueva) dejó su negocio de peluquería y estilismo en la avenida Capuchinos. Lo hizo justo después de unas fiestas de la Magdalena. "Tras pasar muchas cosas he decidido retomar mi profesión", explica. Y se puso a buscar locales hasta que dio con la antigua tasca de la calle Isaac Peral.
"Era justo lo que buscaba, un local pequeño, en el centro y, sobre todo, en esta calle tan mítica, me enamoró desde el principio", explica. Pilar comenta que cuando dijo que lo quería alquilar para abrir una peluquería le preguntaron varias veces si estaba convencida de ello. "El local llevaba siete años cerrado y, cuando dije que lo quería para una peluquería me dijeron si estaba segura, que la calle apenas tenía movimiento", asegura.
Pilar no solo está segura de abrir su negocio (Laguna Estilista) en esta céntrica calle de la ciudad, sino que se propone hacerlo para devolverle algo de vida. "La calle estaba muy muerta, había que hacer algo", dice.
En estos días, está trabajando para poner a punto la nueva peluquería, retomar su profesión y, sobre todo, volver a hacer peinados de castellonera. Su intención es inaugurar el próximo 11 de septiembre y espera que muchas de sus antiguas clientas vuelvan a ponerse en sus manos.