CASTELLÓ. La covid-19 amenaza con alterar el inicio del nuevo curso político en la Diputación de Castellón y el Ayuntamiento de la capital de la Plana, las dos principales instituciones de la provincia. La primera estudia volver temporalmente a los plenos telemáticos y la segunda mantenerlos pese a la voluntad de ambas de consolidar y recuperar, respectivamente, las sesiones presenciales a partir de septiembre. Los últimos acontecimientos, con las cuarentenas del presidente de la entidad, José Martí, y del portavoz municipal de Podem-EUPV, Fernando Navarro, tras haber estado en contacto con positivos, obligan a extremar las medidas sanitarias para evitar el riesgo de contagios. Además, existe cierta incertidumbre acerca de la evolución de la pandenia con la vuelta al cole.
La Diputación ya se ha apresurado a modificar su hoja de ruta y celebrará el próximo martes, día 8, su primera sesión del mes de forma virtual a través del programa Zoom. La convocatoria tendrá un carácter extraordinario al tratarse de la cita ordinaria de agosto y que tradicionalmente se cambia de fecha por las vacaciones estivales.
Desde julio la administración provincial había restablecido la normalidad parlamentaria con el regreso de los diputados a sus escaños. La adecuación de distintas estancias supuso un avance importante con vistas a minimizar los efectos del coronavirus en la actividad política. La asistencia a los plenos se hizo posible gracias a la habilitación del salón de recepciones.
En el caso del Ayuntamiento, las sesiones seguían teniendo un carácter virtual por la falta de un espacio que garantice la distancia social entre los 27 concejales, por ejemplo. A diferencia de la Diputación, el consistorio carece de una sala lo suficientemente amplia como para albergar a la corporación y, al menos, tres funcionarios (la secretaria, el interventor y una ordenanza). Así lo advirtió Prevención de Riesgos Laborales en un informe el mes pasado en el que destacó que el salón de plenos solo puede acoger un máximo de 25 personas al mismo tiempo.
Sin embargo, a pesar de esa contrariedad, la alcaldesa, Amparo Marco, trasladó a los grupos municipales antes del parón su intención de encontrar una fórmula para retomar las sesiones presenciales. Eso sí, siempre recalcó que dependería de las condiciones sanitarias por la covid-19.
En este contexto, sobre la mesa hay varias alternativas. Desde utilizar el atrio del Menador, hasta reducir en un tercio la asistencia de los ediles, participando el resto desde sus domicilios. No obstante, ninguna de las opciones termina de convencer por diferentes motivos.
Incluso, algunos grupos municipales, como Ciudadanos, consideran que "por un criterio de prudencia" resulta conveniente aparcar la pretensión de recobrar las sesiones presenciales para proseguir con las telemáticas. En cualquier caso, será la Junta de Portavoces la que tomará una decisión, según desvela el altavoz del gobierno local, José Luis López. "Es la que debe decidir junto a la alcaldesa, valorando la situación y primando la seguridad", subraya. Ese acuerdo deberá adoptarse en los próximos días, habida cuenta que para el 17 de septiembre está programado el pleno del debate sobre el estado de la ciudad.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara