CASTELLÓ. La covid-19 pone encima de la mesa la necesidad de revisar el documento del Acord de Fadrell al haberse quedado desfasado ante la 'nueva normalidad'. Muchos de los 248 compromisos exigen de un debate interno para evolucionar y adaptarse a la coyuntura derivada de la pandemia.
El programa, firmado por el PSPV, Compromís y Podem-EUPV el 25 de junio de 2019, se sustenta en cinco pilares esenciales: derechos, educación, prosperidad, sostenibilidad y las personas. A partir de esos ejes se desarrolla la hoja de ruta que marca la gobernanza de la alianza de izquierdas en el Ayuntamiento de Castelló a lo largo de la presente legislatura.
Sin embargo, el esquema se había diseñado en un escenario de crecimiento y sin contemplar una situación de excepcionalidad como la actual por el coronavirus. De ahí que muchos puntos incidan en iniciativas activadas en el anterior mandato y que requieren de continuidad. Otros simplemente plantean nuevas actuaciones para avanzar hacia los retos y desafíos fijados desde Europa.
La pandemia convierte muchas de esas medidas en papel mojado, ya que la prioridad cambia radicalmente. El modelo de desarrollo debe priorizar la reconstrucción económica y social de la ciudad. En consecuencia, el documento de gobierno obliga a que los tres partidos reexaminen sus objetivos, ya que al final se trata de un compendio de los programas electorales. No en vano, si por algo se caracteriza, es por la pluralidad al incluir aportaciones concretas de cada formación, que responden a sus competencias tras el reparto de concejalías.
En este sentido, las cinco grandes áreas del Acord de Fadrell se ramifican en apartados, que aglutinan los principios fundamentales para el Castelló del futuro. Así, la sección denominada Ciudad de las Personas considera aquellas acciones dirigidas a potenciar la igualdad y el bienestar público. El capítulo centrado en la Ciudad Sostenible pone el acento sobre puntos vinculados con la movilidad urbana, la ecología y el medio ambiente.
Por lo que respecta a la Ciudad de la Prosperidad, el abanico se amplía considerablemente con propuestas enfocadas al comercio, turismo, desarrollo urbano y energético, infraestructuras y urbanismo, promoción económica y economía municipal. La Ciudad Educadora incorpora las medidas sobre fiestas y tradiciones, deportes, cultura, infantil, juventud, gente mayor y educación.
Por último, la Ciudad de los Derechos concentra las actuaciones relacionados con la memoria histórica, la administración pública, la cooperación y solidaridad, la calidad democrática, la reivindicación y los derechos y libertades.
Aunque el documento está cargado de contenido, la realidad de la covid-19 impone una actualización, que además debe abordarse a través de las herramientas de coordinación interna, como son el espacio de consenso y la comisión de seguimiento del Fadrell. Ambos instrumentos de gestión se reactivaron el pasado 13 de mayo para pactar un plan de choque ante el coronavirus después de más de dos meses de inactividad.