CASTELLÓ. La fuerte personalidad de los portavoces de los grupos municipales del PSPV-PSOE y Compromís, Omar Braina e Ignasi Garcia, respectivamente, dificulta un acercamiento de los tres integrantes del Fadrell para desbloquear el actual 'desacord' en el Ayuntamiento de Castelló. Fuentes internas y próximas al tripartito consideran que la tenacidad en cuanto a posiciones de uno y otro, como altavoces de sus formaciones, supone un obstáculo añadido para abordar la reflexión que permita cerrar la herida abierta, mejorar los canales de comunicación y 'blindar' el pacto de gobernanza.
Las conversaciones de puertas adentro apenas avanzan ante esa obstinación de socialistas y nacionalistas, según las mismas fuentes. Los primeros se reafirman en su decisión de tomar represalias y redistribuir las competencias, legitimados por su mayoría plebiscitaria y por lo que consideran una deslealtad de los valencianistas.
Los segundos rechazan cualquier reorganización y culpan a sus socios de abocarles a un callejón sin salida con las fiestas y el código ético, al no escuchar otras alternativas ni tampoco contemplar escenarios diferentes.
En medio del fuego cruzado aparece Podem-EU, cuyo portavoz, Fernando Navarro, invita a "resolver las divergencias entre los grupos de gobierno con una discusión política y gestión de la crisis, potenciando además el diálogo". Estas palabras, expresadas públicamente este lunes en un comunicado, delatan las diferentes velocidades de los tres partidos sobre el 'desacord'.
De hecho, ni siquiera existe unanimidad sobre la fórmula para zanjar la polémica. No solo respecto a las formas, sino también a propósito de los tiempos. El PSPV, habiendo decidido que la única solución pasa por rediseñar las concejalías, insta a convocar cuanto antes la comisión de seguimiento del Acord de Fadrell.
Por su parte, Compromís y Podem supeditan la convocatoria de ese comité a un ejercicio previo de introspección, que posibilite incluso abrir el debate a agentes externos, menos viciados por las tensiones y que ofrezcan un punto de vista distinto.
En este punto, la única certeza es que las negociaciones sobre los presupuestos de 2020 se han paralizado y que, a consecuencia de una tardía aprobación, habrá que prorrogar las cuentas de 2019 en el primer trimestre del próximo año. Solo así será posible evitar una demora en la realización de los proyectos programados para el regreso de las vacaciones navideñas.