CASTELLÓ. El Acord de Fadrell y la oposición se sitúan en polos opuestos en temas sensibles para la ciudadanía. Los debates acerca de la seguridad y la okupación ilegal marcaron este jueves el pleno resaca de la Magdalena en el Ayuntamiento de Castelló. Unos y otros se acusaron de buscar rédito electoral a poco más de un año de los comicios, lo que derivó en breves momentos de alboroto.
Sin llegar a la bronca de sesiones precedentes, los portavoces del PSPV y Ciudadanos, David Donate y Vicente Vidal, respectivamente, protagonizaron un sucinto rifirrafe a propósito del punto para aprobar las modificaciones en el Consejo Local de Seguridad.
En la parte de final de su réplica, el edil socialista subrayó que "es una tentación para la derecha utilizar la inseguridad de los ciudadanos para sus cálculos electorales. Lo vimos en la comisión de la Policía Local. Dejaron en entredicho a profesionales y deterioraron la imagen de la institución para erosionar al gobierno municipal". En ese instante, el líder del partido liberal intervino de forma vehemente para interrumpir y asegurar que "usted está mintiendo", voceó varias veces.
Esa acusación provocó la reacción de la alcaldesa, la socialista Amparo Marco, que reclamó "respeto". Posteriormente, ya en el turno de ruegos y preguntas, Vidal pidió la palabra para disculparse. Lo hizo sensiblemente más calmado.
También la portavoz del PP, Begoña Carrasco, y la titular de Vivienda, María Jesús Garrido (Podem-EUPV), tuvieron sus fricciones cuando se abordó la moción popular, planteando la creación de un plan antiokupación y una oficina de ayuda a las víctimas. La segunda acusó a la primera de "crear alarma social".
La iniciativa del principal partido de la derecha murió en la orilla al ser rechazada por la mayoría del Fadrell. Ni siquiera encontró el auxilio de formaciones análogas, ya que Vox se abstuvo "porque es un tema grave y no compartimos algunos de los puntos de su propuesta", señaló Luciano Ferrer. "Esperábamos que el gobierno municipal demostrara que está con los propietarios y no con quienes ocupan ilegalmente viviendas en nuestra ciudad", lamentó la representante popular tras la votación.
A pesar de producirse algunas escaramuzas dialécticas, el pleno se caracterizó, en líneas generales, por el consenso. Todos los grupos municipales respaldaron una declaración institucional a fin de solicitar la paralización del proyecto Magda, así como exhibieron su unidad en una iniciativa con vistas a condenar la agresión de Rusia a Ucrania. También imperó la cohesión, aunque con matices, en la aprobación del Plan Local de Residuos, la nueva fiscalidad sobre el impuesto relacionado con el incremento del valor de los terrenos (la famosa plusvalía) y la bonificación en la cuota del IBI en determinados inmuebles, como el edificio de Borrull.