CASTELLÓ. De nuevo, malas noticias en el azulejo de Castellón. El grupo mexicano Lamosa, segundo productor mundial de revestimiento, paraliza la producción en Roca Tiles ante la caída de la demanda y prevé aplicar un expediente de regulación de empleo de 140 personas, algo más de 3/4 partes del total, que es de 182. La multinacional mantendrá en marcha la parte logística, administrativa y de diseño de producto y garantiza la continuidad de la marca. De hecho, participará en la próxima edición de Cevisama, en menos de tres semanas.
La compañía ha trasladado a la plantilla sus planes para paralizar la actividad productiva en la planta de la Vall d'Uixó e impulsar un ERE de extinción para el personal adscrito a producción, que comprende la mayor parte de la empresa. La compañía quiere con la medida "asegurar el negocio y la marca" pero no es capaz de asegurar que vaya a recuperar la producción en un futuro. "Es posible", señalan fuentes oficiales, en una medida que dependerá la evolución futura del mercado. En todas estas circunstancias sin duda influye la reciente compra de Baldocer por parte de Lamosa, aunque desde la empresa no se apunta en este sentido y los sindicatos no han tenido una respuesta afirmativa a sus preguntas.
La primera reunión para negociar el ERE tendrá lugar el 13 de febrero, señalan fuentes sindicales. El paro de la fabricación deriva, añaden desde la empresa, por la falta de demanda que ha derivado en la crisis actual del azulejo. La producción y las exportaciones azulejeras en el sector bajaron un 20% en 2023, mientras se destruyó un 12 % de empleo. Asimismo, más de 5.000 trabajadores del azulejo de Castellón se vieron afectados por ERTE.
La firma de la Vall ya cesó su actividad dos semanas cuando fue adquirida por Lamosa y promovió en 2022 un ERTE temporal que afectó a 234 trabajadores. Asimismo, a finales de dicho año planteó un ERE en parte de su plantilla ante la disminución de las ventas que implicó el despido de 46 personas.
El grupo mexicano compró en 2021 la división cerámica del grupo Roca, que incluía la empresa de Castellón, en una operación que le permitió su entrada en Europa. Para revitalizar la factoría planteó una inversión de 50 millones, que se ha visto obligada a paralizar ante las dificultades del sector, unos problemas que ahora la han llevado a tomar la decisión de dejar sin actividad la producción de la planta de la Vall en una decisión gestada desde México.