CASTELLÓ (EP). Propietarios de las Tascas de Castelló han registrado este martes ante el Ayuntamiento un proyecto para reducir el ruido en la zona, aunque han explicado que para saber si el mismo es viable necesitan tener los datos de las mediciones encargadas por el consistorio y saber en qué punto se está de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS).
Al respecto, han anunciado que, tras haber solicitado las mediciones al Ayuntamiento, esperarán un periodo de tres meses para obtener respuesta, que se cumple a finales de diciembre, y en caso de no tenerla, acudirán a la Fiscalía para que se la requiera.
El proyecto, que los empresarios han presentado este martes ante los medios de comunicación, está valorado en 117.000 euros, y confían en que el Ayuntamiento se haga cargo de su ejecución.
El objeto del proyecto es el diseño de medidas correctoras suficientes para conseguir que los niveles de contaminación acústica sobre las viviendas colindantes superiores se reduzcan, de manera que en ningún caso superen los 65 dB y conseguir así el cese de la zona ZAS.
El proyecto consiste en el diseño de una cubierta con aperturas móviles en forma de álabes para que, una vez cerrados, funcione como una pantalla acústica horizontal, creando una zona de sombra acústica justo en la zona de las viviendas más cercanas que son el principal objetivo del estudio.
Así, como medida correctora se ha diseñado un techado fijo mediante panel sandwich -formado por dos láminas de acero y lana mineral, acabado liso en la parte superior y acabado perforado en la inferior-. Presenta una parte ciega perimetral y otras centrales en donde irán instalados 7 ventiladores para garantizar la ventilación forzada.
La parte central está formada por álabes móviles, de manera que, en función de la contaminación acústica, se pueden mantener abiertos con una inclinación de 45 grados o completamente cerrados, dejando un techo estanco. El proceso de funcionamiento se completa con una estación de medida acústica en continuo para exteriores, colocado entre el techado y las viviendas colindantes superiores.
De esta forma, tras un tarado/programado, el sistema de medición en continuo controlará en tiempo real el ruido, de manera que cuando se sobrepase el nivel y tiempo de tarado, activará el mecanismo de cerrado de los álabes y arrancará los ventiladores para garantizar la renovación de ocho veces todo el volumen encerrado bajo el techado.
En cualquier caso, los propietarios de las Tascas lo que pretenden es que se anule la zona ZAS si ya no es ZAS, y sobre eso que se declare la zona espacio gastronómico y se desarrolle el proyecto.
El representante de la empresa encargada de realizar el proyecto, Arturo Pinel, ha subrayado que "al final la normativa acústica se acaba utilizando como arma arrojadiza", pues ha añadido que "si se analizaran todas las franjas horarias, se llegaría a la conclusión de que un bajo porcentaje de los niveles que se están produciendo están por encima del límite de la zona ZAS".
Preguntados si, además de acudir a Fiscalía, van a presentar una denuncia, uno de los propietarios, José Romero, ha señalado que "aquí ha habido pérdidas económicas muy grandes, pues algunas tascas han dejado de ser negocios, ya que apenas se sacan beneficios por culpa de las restricciones que se han puesto", y ha añadido que "si se llega hasta ahí, pues seguro que más de uno pedirá responsabilidades económicas y políticas".