Los cruceros vuelven a Castelló dos años después: la pandemia resitúa a la ciudad en las rutas

7/09/2021 - 

CASTELLÓ. Prácticamente dos años después de recibir su último crucero, el puerto de Castellón verá cómo atraca de nuevo un buque de pasajeros. Se trata del Bolette, que el próximo 28 de septiembre recalará en los muelles del Grau, que retomarán de esta manera un tráfico que, después del Marella Dream, a inicios de octubre de 2019, había quedado interrumpido por la crisis derivada del coronavirus. 

De hecho, la pandemia tiene también mucho que ver en el reinicio de este segmento de tráfico en PortCastelló. Y es que, pese a no estar en las rutas iniciales de esta embarcación de recreo -ni en la del Amera, que también escalará este año en Castelló, concretamente el 9 de noviembre-, la provincia ha quedado encuadrada en los recorridos de estos cruceros de lujo. 

No en vano, la situación derivada de la covid ha hecho que las navieras vayan "cambiando y cerrando las rutas en función de las restricciones" existentes en cada puerto, tal y como señaló el director de la Autoridad Portuaria de Castellón, José María Gómez, el pasado viernes en el balance del primer año de Rafa Simó como presidente de la entidad. Y en esta ocasión esto ha beneficiado a Castellón. 

Casi 2.200 potenciales turistas

De esta manera, a finales de este mes el Bolette, de Fred. Olsen y con capacidad para 1.338 pasajeros (eminentemente ingleses), atracará en el Grau. Y el 9 de noviembre hará lo propio el Amera, de Phoenix Reisen, con espacio para albergar a 843 pasajeros y enfocado al mercado alemán.

A los turistas que finalmente lleguen a Castelló se les ofrecerá diversas excursiones, de las que todavía no se ha informado y muchas de las cuales habrá que reprogramar debido a que con la pandemia han quedado en punto muerto.

En cuanto a las obligaciones de la Autoridad Portuaria de Castellón para atender estos barcos de recreo en tiempos de covid, se trata de medidas genéricas impuestas por Sanidad Exterior, como "mantener la distancia de seguridad" o "favorecer la realización de los controles previstos por la naviera". Además, en el muelle debe haber "algún espacio donde aislar y custodiar cualquier caso sospechoso, dispensadores de gel hidroalcohólico y aseos disponibles", señalan desde el organismo público.

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