CASTELLÓ. Los empresarios de la plaza Santa Clara logran aplazar tres meses la reducción de sus terrazas al haber presentado en tiempo y forma alegaciones al dictamen del Ayuntamiento de Castelló, que les obliga a disminuir el número de mesas y sillas por la Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Los cuatro negocios afectados por la medida entienden que la decisión del consistorio resulta un tanto desproporcionada teniendo en cuenta la grave situación que atraviesa el sector a consecuencia de la crisis derivada por la covid-19.
Además, consideran que "en este caso debe prevalecer los derechos adquiridos desde 2015", cuando se otorgaron las autorizaciones para disponer del espacio actual. Del mismo modo, advierten que desde hace meses la contaminación acústica (ruido) presenta unos niveles inferiores a lo que determina la ZAS debido a la merma de clientes por la pandemia.
Una vez formalizados los recursos, ahora los servicios jurídicos del consistorio deben analizarlos para su resolución en un plazo máximo de 90 días, según lo que establece el reglamento administrativo para los expedientes sancionadores. En ese intervalo de tiempo, que se extenderá hasta finales de enero de 2021, el Acord de Fadrell tratará de modificar la ordenanza de ocupación de vía pública con el propósito de incorporar nuevos parámetros a la hora de calcular la cantidad de moblaje en el exterior en función de las superficies de los locales.
La controversia sobre las terrazas de Santa Clara surge a raíz de la denuncia de un vecino (pediatra jubilado) ante la Fiscalía Provincial. En su escrito, alega que los establecimientos están incumpliendo la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) sobre la ZAS y que el Ayuntamiento atacó el 26 de septiembre de 2019. Esa resolución judicial obligó a eliminar el enunciado de la ordenanza municipal de Convivencia Ciudadana que blindaba el consumo de alcohol en las calles Barracas e Isaac Peral.
Precisamente la asociación que aglutina las tascas valora con sus abogados interponer una querella contra el médico por acoso, ya que "está entorpeciendo y perjudicando nuestro trabajo", según precisan fuentes del colectivo. El ex galeno, cliente de Santa Clara, se dio a conocer en 2015 con la publicación de un libro que aconsejaba el destete a los cuatro meses. La publicación generó mucha polémica, hasta el punto que se recogieron más de 9.000 firmas en España para impedir que los ejemplares llegaran hasta las librerías.
En los próximos días, los propietarios de los negocios de Barracas tomarán una decisión acerca de emprender acciones legales. Dependerá de lo que determinen sus abogados tras haber estudiado la jurisprudencia y el articulado sobre casos similares en otros territorios nacionales.