Foto EFE/Almudena ÁlvarezCon la convocatoria de los comicios valencianos como mucho en un año y medio, estos resultados y los de Andalucía marcarán el punto de partida de la precampaña
VALÈNCIA. Unos 600 kilómetros separan la Comunitat Valenciana de Valladolid, sede de las Cortes de Castilla y León. Una distancia física considerable que se une a notables diferencias en demografía, economía, sociedad e incluso geografía. Pero, pese a todo, todos los partidos con representación en Les Corts estarán este domingo pendientes del recuento en sus elecciones. En un escenario globalizado, allí también juegan, aunque unos más que otros.
Como federación de un partido estatal, el resultado tiene un impacto directo en los socialistas. Un mal resultado de Luis Tudanca (el PSOE fue el más votado en las anteriores elecciones en la autonomía) alimentará la idea de cambio de ciclo político general en España que se abrió tras el triunfo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Si los socialistas dan la sorpresa y vuelven a ser el partido más votado, esa ‘ola’ se entenderá frenada. Pero, aunque sus compañeros firmen un mal resultado, si el PP cae en las manos de VOX eso dará ‘relato’ al PSPV, alimentando la idea de que los populares gobernarán con la ultraderecha si lo necesitan para regresar a la Generalitat.
Hay una vertiente más que afecta a los socialistas valencianos. Dado que el ‘botón’ de convocatoria electoral lo maneja el president Ximo Puig, un mal resultado de sus compañeros seguro que no le animaría a adelantar el calendario previsto piense lo que piense Ferraz pero ¿podría uno bueno animarle a hacerlo?
Los populares pueden ser los que más se jueguen en estos comicios. Por un parte, como los socialistas, porque aspiran al gobierno en Castilla y León pero en su caso, además, porque la decisión de adelantar los comicios ha sido de su compañero y actual presidente Alfonso Fernández Mañueco. Eso supone que obtendrán como partido una prima positiva por audacia si consiguen hacer un ‘Ayuso’ y logran un resultado que les permita gobernar en solitario tras haberlo hecho con Ciudadanos. La 'ola del cambio' seguirá creciendo y Andalucía podría convertirla en imparable. Eso sí, un triunfo claro de Mañueco puede reforzar la posición dentro del PP de los argumentos de la ‘España vaciada’ en la financiación autonómica.
Pero, si al actual presidente le sale tan mal como para abrir la puerta a un gobierno del PSOE o suficientemente mal como para tener que asumir la exigencia de VOX de entrar en el ejecutivo, el adelanto se entenderá como una mala jugada que abrirá una crisis en los populares. Apuntará directamente a Pablo Casado y, especialmente, a su secretario general de organización, Teo García Egea, muy tocados ambos por la estrambótica pérdida de la votación de la reforma laboral. Ellos son los impulsores de la llegada de Carlos Mazón a la presidencia de los populares valencianos, por lo que su posición también podría quedar debilitada.
Para Ciudadanos, el reto en los próximos comicios es sobrevivir. Tras el varapalo de haber quedado fuera de la Asamblea de Madrid y con todas las encuestas en contra, el partido de Inés Arrimadas admitiría como positivo una drástica reducción de su número de escaños siempre que ‘rasque’ alguno y sea influyente para la formación de un nuevo gobierno. La idea de Francisco Igea, que salió reforzado del debate entre candidatos y que ha tratado de vender su gestión como vicepresidente, es pactar con el PP pero exigir la salida de Mañueco. Habrá que ver si le dan los números y si aguanta la presión.
Sus compañeros de la Comunitat Valenciana contienen el aliento porque saben que una segunda debacle les pondría en una situación muy complicada para las próximas elecciones a Les Corts, especialmente si no fueran unidas a unas municipales o a las generales.
Es el partido valenciano al que más ‘lejos’ le pillan estas elecciones. En cualquier caso, un mal resultado del PP le daría tranquilidad de cara al arrranque de campaña y si los populares acaban teniendo que incluir a Vox en un futuro gobierno, como al resto del Botànic, le facilitará el relato de que también Mazón lo hará en la Comunitat si lo necesita para evitar la tercera legislatura del pacto progresista.
El esperado crecimiento de Unión del Pueblo Leonés y la posible entrada de Soria ¡Ya! podría favorecer su futura presencia en el Congreso y abrir el abanico de posibles aliados en la próxima legislatura en Madrid fuera de los estatales.
La emergente fuerza de la ultraderecha parte como ganadora ‘segura’ de estos comicios según casi todas las encuestas. Con un solo diputado en las elecciones del 2019, Vox parece cerca de superar la decena de escaños y muchas encuestas apuntan a que el PP necesitará sus votos para alcanzar los 41 que le permitirían formar una mayoría. Tras apoyar desde fuera en Andalucía y ahora en Madrid, hablan ya de exigir entrar en los ejecutivos allí donde sean decisivos, aunque visto lo bien que les va sin entrar en los despachos y sin tener que gestionar, podrían esperar a las generales para acceder a los sillones.
La campaña arrancó con todos los focos sobre ‘su’ ministro Alberto Garzón tras sus declaraciones sobre las macrogranjas pero la firmeza en sus posiciones, el paulatino acercamiento del PSOE a las mismas y el empuje electoral que parece haberle dado a la coalición Yolanda Díaz ha acabado por reforzar sus buenas previsiones en las encuestas de sus compañeros. Eso sí, no puede decirse que la vicepresidenta se haya volcado en la campaña, puesto que apenas se ha dejado ver por allí.
La unión entre Unidas Podemos e Izquierda Unida (que en 2019 acudieron por separado en Castilla y León) podría sacar tres diputados (los morados tuvieron dos e IU ninguno). De confirmarse, para sus compañeros valencianos sería una muestra de que, tal y como apuntan los últimos sondeos, se aleja el riesgo de quedar fuera de Les Corts que hasta hace no mucho sobrevolaba el ambiente.
