Fotos: Antonio PradasCASTELLÓ. A pesar de la situación en que se encuentra inmerso el sector azulejero, con una caída de demanda que la patronal Ascer cifra en un 71% según sus últimos datos, y que en Grupo Pamesa estiman en más de la mitad, Fernando Roig, presidente del primer fabricante de azulejo, en volumen, del territorio europeo, no piensa en dejar de invertir.
Tanto es así que al empresario valenciano le gustaría materializar "cuanto antes, mejor" una inversión de "70 millones de euros" para poner en marcha sendos centros de acopio de materia prima en Onda y en Castelló. Este último ocupará los 150.000 metros cuadrados ubicados entre la factoría de TAU y la cárcel de la capital de la Plana, con los que se hizo tiempo atrás y ya limpió hace unos meses.
Para llevar a término estas inversiones, Pamesa debe disponer de los permisos municipales pertinentes. Y esto está frenando los proyectos. A pesar de que este jueves, en su comparecencia para detallar las medidas adoptadas contra el coronavirus en el grupo, Roig instó a los ayuntamientos a "ponerse las pilas" para agilizar estos negocios, en el caso de Castelló no parece sencillo. Y es que, al tratarse de terreno urbanizable, el suelo "está condicionado a la aprobación del Plan General" ahora en tramitación, apuntan fuentes municipales. Hasta ese momento, la única licencia que podría tramitar el consistorio es la de "movimiento de tierras", concretan las fuentes del consistorio.
De esta manera, hasta que no finalice la tramitación del nuevo planeamiento urbanístico de la capital provincial, ahora en las oficinas autonómicas de Medio Ambiente, el proyecto no podrá avanzar. Y eso que en el Ayuntamiento también pretenden agilizarlo para que sirva de revulsivo económico una vez finalice la pandemia sanitaria.
Con el futuro centro logístico, Roig pretende habilitar una gran zona de acopio de materias primas con la que "desatascar el puerto de Castellón", donde Pamesa tiene en concesión varias campas. En ellas acumula productos como "feldespato de Turquía o arcilla de Ucrania", básicos para los azulejos y revestimientos que produce en sus factorías.
Tampoco avanza a buen ritmo el centro de Onda, en el cual "hemos tardado año y medio en que nos diesen el permiso para mover un poste eléctrico un metro y medio. Si hubiesen sido tres metros no sé si hubiesen sido tres años", ironizó este jueves el empresario valenciano.
Los trámites administrativos también se prolongan para materializar otra inversión que Grupo Pamesa prevé llevar a cabo, en este caso al norte de la provincia de Valencia: "Unas minas que nos ahorrarían un montón de kilómetros y llevamos cuatro años solo para que nos digan sí o no". Esta explotación para extraer arcilla roja se ubicaría en un punto entre los términos municipales de El Puig de Santa Maria y Puçol y de la que ya tienen conocimiento "el señor Climent y el señor Puig", señala Roig en referencia al conseller de Economía Sostenible y el president de la Generalitat.
Con la autorización y la puesta en servicio de la mina, la compañía se ahorraría "70.000 kilómetros diarios", fruto de multiplicar los 70 kilómetros de distancia ahorrada respecto a la mina actual, por los 100 camiones que diariamente circulan para abastecer a sus plantas, ha detallado.
En cuanto a la última gran inversión que ha llevado a cabo, la entrada en el accionariado de Argenta y Cifre con la mitad del capital social, anunciada este mismo año, Roig ha señalado que actualmente la operación está pendiente de la autorización por parte de la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC) e "igual tarda un poco más por la situación en que nos encontramos". Mientras tanto, el presidente de Pamesa ha señalado que la relación comercial entre el grupo y las firmas se viene desarrollando "igual, sin ningún tipo de problema".
