CASTELLÓ. El centro de Castelló ha vivido al mediodía de este viernes la primera protesta sindical por la parálisis del convenio del azulejo, que lleva enquistado desde el 24 de febrero, cuando se constituyó la mesa negociadora y arrancó la negociación. A pesar del órdago de CCOO y UGT, plasmado en una concentración-manifestación que ha contado con varias decenas de delegados y ha ido desde la plaza María Agustina a la Mayor, la patronal Ascer no da su brazo a torcer y en un comunicado señala que, si no "obtiene satisfacción a, al menos, una parte de sus reivindicaciones, el acuerdo no será posible".
Malas perspectivas pues para una negociación que el próximo jueves 24 tiene prevista una nueva reunión después de que se pospusiese la prevista para este martes. Además, desde los sindicatos señalan que la celebrada este viernes es "el principio de una sucesión de protestas, si no cambia la negociación".
En este sentido, las fuentes sindicales señalan que ya barajan la posibilidad de convocar una huelga en el sector, que se desarrollaría "seguramente en julio". Todo ello se lo han trasladado además a la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, que ha hablado con los representantes de UGT y CCOO a las puertas del palacio consistorial.
En esta tesitura, las empresas achacan la inacción a "la posición sindical, que reduce la negociación a que Ascer acepte todas sus reivindicaciones", mientras le "niega el derecho a formular las suyas". En este sentido, y tras recordar el impacto del alza de los precios de la energía, materias primas, los derechos de emisión "o la amenaza del nuevo Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico", la asociación empresarial recalca que los costes laborales "son otro factor muy importante, y cualquier incremento de los mismos debe venir acompañado de mejoras de la productividad, o no será posible" un acuerdo.
"Las organizaciones sindicales tienen todo el derecho a expresarse a través de concentraciones y manifestaciones, pero mientras no se acepte que la negociación colectiva es un proceso en el que ambas partes deben obtener satisfacción a, al menos, una parte de sus reivindicaciones, el acuerdo no será posible", concluye Ascer su comunicado.
En la vertiente contraria, los sindicatos remarcan que la postura de Ascer de eliminar la antigüedad sin ofrecer nada a cambio, o su solicitud para modificar la jornada semanal o los turnos de los operarios son demandas inasumibles "en un momento en que la producción es más alta que nunca". "No es la forma de negociar", inciden los representantes de los trabajadores.
