CASTELLÓ. La primera jornada del XVII edición del Congreso Mundial de la Calidad del Azulejo y del Pavimento Cerámico -Qualicer'122- que desde este lunes se celebra en la Cámara de Comercio de Castellón, ha evidenciado la profunda preocupación que existe en el sector en todo aquello que tiene que ver con la transición energética de una industria que, por una parte, está abocada a cumplir con las exigencias de descarbonización; y por otro lado, está sometida a la dificultad que entraña no contar aún con alternativas claras para asegurar este proceso. Y todo ello, en un entorno actual marcado por unos "inasumibles" precios del gas, principal fuente de energía en este sector termointensivo, que repercute directivamente en los márgenes y la competitividad de las empresas.
En este escenario y en esta primera jornada, el congreso ha servido para poner encima de la mesa algunas de las opiniones y alternativas que tratan de dar luz al momento actual y que hablan de apostar por una combinación de fuentes de energía libres de emisiones de CO2 que permitan atender las demandas energéticas de un sector que aglutina el 7% de todo el gas que se consume en España, con más de 14 Terawatios, según ha expuesto durante su exposición el director global de Hidrógeno Verde de Iberdrola, Millán García-Tola.
Previamente a esta intervención, la primera de las sesiones destacadas centró su atención en la globalización de la calidad cerámica, en la que intervinieron el secretario general de la española Ascer, Alberto Echavarría; el director ejecutivo de la norteamericana TCNA, Eric Astrachan; y el director general de la italiana Confindustria Ceramica, Armando Cafiero. Con el director general de Younexa, José Manrique, de moderador, los ponentes señalaron algunos de los aspectos más notables que tienen que ver con el sector a nivel global en campos como la digitalización en los procesos de compra, la energía, logística, la innovación o las soluciones tecnológicas, entre una amplia amalgama de cuestiones.
En lo que concierne a las alternativas energéticas, todos coincidieron en apreciar el importante hándicap que supone la energía, especialmente en una Europa sobredependiente del exterior en cuanto a los suministros. Echavarría recordó que todos los países están afrontando, en mayor o menor medida, las actuales exigencias a través de fuertes inversiones, pero recordó que a día de hoy no hay una sola alternativa posible, por lo que los ponentes incidieron en la necesidad de desarrollar una combinación de fuentes de energía limpias que pasen por el biogás, la electricidad y el hidrógeno verde. En el caso del biogás, éste se presenta como la solución a corto plazo más viable por cuanto "no implica grandes cambios en los actuales procesos, como son los hornos y la red de suministro, además de que permite trabajar en tanto llegan otras alternativas.
Por contra, para poder evolucionar hacia otras fuentes de energía ajenas al gas natural, los ponentes recordaron que "sería necesario una ingente cantidad de parques eólicos, huertos solares, etc hoy díficilmente asumibles", por lo que apuntaron que la solución vendrá dada por la suma de tecnologías que "que nos permita cumplir con las exigencias medioambientales", ya que el "hidrógeno verde, por sí mismo, hoy no es una solución competitiva para las empresas".
El contrapunto a estas aseveraciones vino posteriormente de la mano de la CEO del grupo italiano Iris, Federica Minozzi, que centró su exposición en describir la que es considerada la primera fábrica cerámica impulsada por hidrógeno verde, una factoría que entrará en funcionamiento este mismo año para la que se ha invertido 40 millones de euros con la finalidad de fabricar 1.500 toneladas anuales y reducir el 23% de las emisiones, con el 50% de hidrógeno verde y 50% a gas natural.
A continuación, Millán García-Tola, global H2 director de Iberdrola España, ofreció un chapuzón de realidad al señalar a los presentes que el precio del gas no volverá a los números hasta ahora conocido tras multiplicar por once su coste desde 2019 y alcanzar un impacto negativo en las empresas cerámica por encima de los 125 millones de euros. Así que señaló que lo más razonable es pensar que los 80 euros que se paga actualmente por el MW/h es lo que, aproximadamente, se pagará en lo sucesivo. A esto, García-Tola añadió los pagos por derechos de emisión, que han supuesto una sobrecoste a la industria de 250 millones de euros.
Iberdrola dispone actualmente de dos plantas de hidrógeno verde -en Barcelona y Puertollano (Ciudad Real)- y García-Tola recordó que, "al tratarse de un gas muy volátil y que no resulta inofensivo, requiere de medidas costosas en materia de seguridad que no están al alcance de cualquier empresa", de ahí que incida en aspecto como la necesidad de sobredimensionar la capacidad de almacenaje que se requiere para un flujo constante en la industria que no puede parar hornos y en donde debe primar la eficiencia. Para el director global de Hidrógeno Verde de Iberdrola, el desarrollo de esta tecnología en España, en un aspecto global, requeriría al menos una inversión aproximada de 13.000 millones de euros, de ahí la importancia de los fondos públicos que permitan su desarrollo.
Sigue aquí el programa de Qualicer'22.
Arranca el congreso Qualicer'22 como un "espacio fundamental" para la investigación cerámica