El humor gráfico de Gila: surrealismo corrosivo contra quienes justificaban lo injustificable
Tras la experiencia traumática de la guerra en el bando perdedor y la cárcel y presidios correspondientes, paradójicamente, Gila empezó a dibujar en los cuarteles chistes que hacían divertida la guerra. Así entró en La Codorniz y la profesión de humorista. En 1972, en Hermano Lobo sus viñetas depuradas atacaban con ingenuidad, pero de forma implacable, la abrumadora sinrazón de la época