La eterna cantinela electoral que nos va a ocupar hasta el 26 de mayo , -municipales, autonómicas y europeas-, con la primera vuelta de las generales el 28 de abril se ha instalado definitivamente en nuestra política. De momento en el totum revolutun tenemos insultos, descalificaciones y posicionamientos sorprendentes en asuntos de calado.
Las cuentas del Estado de nuevo se están convirtiendo en una suerte de danza o minué para unos, llámese Pablo Iglesias, o trampantojo para otros, o sea Pedro Sánchez, que a fuer de pretender ser un ilusionista virtuoso busca su permanencia en la Moncloa con las cesiones que correspondan.