Fotos: ANTONIO PRADAS
CASTELLÓ. La retirada de la cruz de Ribalta sigue adelante a estas horas pese a la tensión que se vive en las inmediaciones del monumento, donde se se han llegado a congregar más de 300 personas. Las manifestaciones a favor y en contra se han sucedido, llegando en algunos momentos a situaciones de excesiva tirantez. Por ejemplo, cuando miembros de Compromís han hecho acto de presencia a media mañana. La comitiva de la fuerza valencianista, con su alcaldable, Ignasi Garcia, al frente, ha recibido amenazas e insultos ("terroristas" y "asesinos"), que no han ido a más por el amplio despliegue de seguridad, con más de 40 efectivos entre la Policía Local y la Nacional.
Grupos defensores del símbolo y de extremaderecha se han encarado en varias ocasiones con otros colectivos antifascistas. Unos y otros han exhibido carteles y pancartas, que rápidamente han sido eliminados por los agentes. Además, una espontánea ha tratado de saltarse sin éxito el cordón policial para acceder al interior de la plataforma. También se han producido rezos del Ave María.
La concejala de Memoria Democrática, Verònica Ruiz, ha señalado, en declaraciones a los medios, que este es "un día histórico para la ciudad de Castelló y para la democracia a pesar de haya cuatro personas que estén cantando consignas que atentan contra la democracia". "Hoy es un día en el que cumplimos la Ley de Memoria Democrática", ha apuntado y ha indicado que la última solicitud de medidas cautelarísimas que han interpuesto Vox y Abogados Cristianos ha sido inadmitida, según le han comunicado.
"Vamos a continuar, después de tantos años de lucha y de obstáculos jurídicos por culpa de estas personas, pues ahora podemos retirar la Cruz y el monumento fascista que degrada a una parte de la sociedad", ha subrayado Ruiz.
Por su parte, el portavoz del equipo de Gobierno, José Luis López, ha manifestado que se retira el "vestigio franquista" en el parque Ribalta "en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática", y ha añadido que, además, el catálogo aprobado por les Corts Valencianes "establece que este monumento es un vestigio franquista".
En esta línea, la concejala de Podem María Jesús Garrido ha explicado que "un símbolo franquista en plena democracia no pinta absolutamente nada, los símbolos franquistas son para los que sean de Franco y que los pongan para su gozo personal, pero la ciudadanía no tiene que seguir soportando cosas de un pasado muy duro".
Al margen de Garcia, se han dejado ver por Compromís el edil de Educación, Francesc Mezquita, y el senador Carles Mulet, entre otros. Como en agosto, cuando se intentó por primera vez sacar el lábaro del Ribalta, el portavoz de Abogados Cristianos, Norberto Domínguez, ha acusado al Fadrell de "mostrar su odio sectario" por "una decisión totalitaria y que muchos castellonenses no apoyan". "La cruz es un símbolo religioso-cristiano y punto:, no es nada más, y retirarla solo ha generado odio, división y crispación entre los castellonenses, por eso se tiene que quedar en Ribalta porque no hace daño a nadie".
"No vemos necesario gastar el dinero de los contribuyentes en trasladar un símbolo que está bien donde está, ya que cuesta su retirada más de 60.000 euros de dinero público. Si argumentan que es un símbolo fascista, que no lo es, lo va a ser aquí y en cualquier otra plaza", ha dicho, y ha sostenido que la Ley de Memoria Histórica "no ampara el derribo de símbolos religiosos, y no hay necesidad de trasladar un símbolo religioso que no tiene ninguna significación política desde hace 40 años".
El representante de la Fundación ha señalado que todavía no hay noticias respecto al último Contencioso-administrativo, en el que solicita la paralización de la obra.
En este sentido, Vox ha anunciado la presentación de una denuncia contra Ruiz por presunto delito de prevaricación administrativa en la retirada de la Cruz, ya que alega la existencia de "numerosa jurisprudencia que afirma que aquellos monumentos que han sido despojados de su simbología franquista originaria cumplen con la legalidad vigente sobre memoria histórica y que lo que realmente pretende el Ayuntamiento es eliminar un símbolo religioso del espacio público".
Por otro lado, la líder del PP de Castelló, Begoña Carrasco, que ha estado acompañada por cinco de sus concejales, ha lamentado la imagen de división de la sociedad. "Parece que volvemos a los bandos. Nos oponemos a que se retire una cruz. Esto es un acto de revancha y sectarismo. Nosotros apostamos por la concordia y el respeto. Lo que tiene que hacer el gobierno local es poner a trabajar para resolver los problemas reales de los castellonenses, que esperemos les castiguen en las urnas".
Otras formaciones con representación institucional que se han acercado hasta Ribalta son Vox, con su regidor, Luciano Ferrer, y la presidenta provincial, Llanos Massó; Ciudadanos, con el munícipe Esteban Ventura y la coordinadora provincial, Cristina Fernández; Podem-EUPV, con la citada edil María Jesús Garrido (Vivienda) y la alcaldable, Marisol Barceló; y el PSPV, con los concejales Jorge Ribes (Movilidad) y Octavio Traver (Seguridad y Emergencias), además de cargos orgánicos.
A estas horas, prosiguen los trabajos para retirar la cruz con la culminación del encofrado. Una vez finalizado, se procederá al corte del fuste por la base, el izado y posterior traslado al nuevo emplazamiento.