CASTELLÓ. Relegadas a contar cuentos costumbristas, escondidas tras pseudónimos o, más tarde, centradas en los webcomics y huyendo del formato autobiográfico. En más de un siglo de historia del cómic tal y como lo conocemos hoy, las autoras han tenido que lidiar con algo más que su talento para plasmar sus historias. Trayectorias que no han sido ajenas a los cambios sociales y, con ellos, a un "ninguneo" histórico que las ha obligado a buscar grietas a través de las que crear, aunque a veces haya sido renunciado a su identidad o en nichos. Este olvido es una de las cuentas pendientes que siguen manteniendo las artes, en las que el cómic ocupa el noveno lugar, una desmemoria que poco a poco se va completando con nombres propios.
En esta tarea, la de completar la historia, recordar y celebrar, se enmarca el trabajo de la periodista, crítica, comisaria e investigadora Elisa McCausland y del crítico de cine y divulgador cultural Diego Salgado, que han publicado Viñetaria: historia universal de las autoras de cómic (Ediciones Cátedra), un libro que reivindica el papel de las mujeres en los más de 130 años de historia de la ilustración y el cómic y que funciona como una suerte Biblia para los amantes de las viñetas.
A modo de enciclopedia, sus autores buscan hacer justicia con la historia de las grandes autoras de cómic de todo el mundo, una investigación que completa la historia universal del dibujo a través de esas protagonistas que, en muchos casos, habían sido olvidadas. "Tendemos a olvidar a estas autoras porque son menos populares y porque hasta hace nada no se las tenía en cuenta. Queremos que este libro funcione con un sentido genealógico y reivindicar la figura de autora que ha trabajado durante 30, 40 y hasta 50 años por el cómic popular y que son ignoradas hoy en día", reivindica Salgado en conversación con Culturplaza.
Esta ambiciosa misión trata, pues, de recoger la obra de las autoras pero también de contextualizarlas según su origen, el periodo en el que operaron y sus propios antepasados. “Pretendemos contar una historia de las autoras de cómic y a la vez un relato sobre este formato. Es un trabajo que nunca se podría dar por finalizado porque siempre hay algo más que contar”, destaca McCausland, quien señala que en un principio se plantearon hacer el libro en unas 200 páginas, pero que les resultó imposible. El resultado final, de hecho, casi triplica su previsión e incluye desde páginas a todo color con viñetas que explican la historia de las autoras y un enorme glosario en el que se ordenan los nombres de todas las “viñetarias”. “Queremos investigar sobre las viñetistas como figuras que marcaron el punto de partida de muchos relatos. Buscamos analizar sus trabajos comprendiendo el momento en el que fueron realizados, las barreras que tuvieron que superar y cómo se leen ahora”, relata por su parte Salgado.
El trabajo no es sencillo, pues el viaje comprende 130 años de historia, lo que supone hacer casi tantos análisis como autoras son recogidas en Viñetaria, un recorrido por unos pasados del cómic que se escriben en plural. “Hay que estudiar los fenómenos culturales y sociales que rodean a estas autoras, y también respetar el momento en el que fue realizado este producto cultural en cuestión. Este libro no va sobre perdonar la vida a nadie ni reconciliarnos con el pasado, sino que se trata de un camino para entender el proceso en sí mismo”, apunta Salgado, quien señala la necesidad de emplear un tono más "crítico" que negativo en este proceso de investigación en el que “hacen una fotografía del presente del mundo cómic” basándose en el pasado de sus autoras.