Benlloch justifica la medida señalando que el impuesto ha estado congelado durante seis años o el daño a las arcas públicas que han supuesto los "empastres' urbanísticos del PP.
VILA-REAL. El alcalde de Vila-real, José Benlloch, ha anunciado este jueves la decisión del equipo de gobierno de modificar la ordenanza del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para incrementar un 10% la recaudación en 2020 después de ocho años en los que este impuesto ha estado congelado, según recogen fuentes municipales a través de un comunicado.
El dirigente municipal ha comparecido en rueda de prensa para explicar los motivos que han llevado al gobierno local a optar por el incremento del IBI como “única solución” para que “la ciudad no acabe quebrando y estemos en riesgo de perder el tren del futuro y las oportunidades”, según ha explicado.
Benlloch ha recordado que durante los ocho años en los que lleva al frente del Ayuntamiento, “en seis, el IBI ha estado congelado, y en 2014 y 2015 se bajó un 10%”, pero en este momento las previsiones de merma de ingresos en 2020, el aumento de gastos por los costes de la gestión de residuos, así como por la contratación de más personal en áreas como los Servicios Sociales, y el goteo de sentencias por lo que califica de empastres derivados del urbanismo del PP, sitúan a la ciudad en un importante “riesgo” desde el punto de vista económico, como así advierten ya varios informes de la Intervención municipal.
Benlloch ha detallado que en 2020 el Ayuntamiento recaudará 1,4 millones de euros menos que en 2019 por la merma de ingresos por plusvalías (casi 500.000 euros), la reducción de la aportación del Estado a las arcas municipales (300.000 euros), la desaparición del IBI de la AP-7 tras su liberalización (180.000 euros), a lo que se suma una caída de ingresos en el IBI porque las viviendas que están en zonas urbanizables no programadas que no se han desarrollado tienen derecho a no pagar como suelo urbano (400.000 euros).
Por otro lado, el consistorio debe hacer frente a un incremento de costes de 1,4 millones de euros en el capítulo de personal, por la actualización de salarios de los funcionarios y “porque hemos tenido que cubrir más de 20 plazas para asumir competencias en temas como dependencia o menores”, a lo que se suma el “problemón de la basura”, con un sobrecoste anual de más de 600.000 euros.
En cuanto al asunto de las basuras, el alcalde ha recordado que “esta misma semana hemos aprobado en el consejo de administración de Reciplasa un incremento del 9% en la factura por el tratamiento de residuos” que el Ayuntamiento de Vila-real “tiene que asumir con recursos ordinarios porque no tenemos tasa de basuras”. “Si todo esto no fuera suficiente, tenemos que seguir haciendo frente a los empastres y las ilegalidades del PP” que “ascienden ya a 25,3 millones de euros pagados en sentencias y acuerdos con propietarios a los que en breve añadiremos otros tres millones”, lamenta Benlloch.
Ante esta situación, el alcalde ha reiterado que la “única solución” pasa por una subida del IBI porque “tenemos un 69% de deuda y si llegamos al 75% tendremos que tomar medidas más duras”; y ha añadido que el equipo de gobierno ha estudiado todas las alternativas posibles pero “reduciendo otros gastos ponemos en peligro el modelo de alianza con la sociedad civil, de colaboración con las entidades sociales”.
La propuesta que el gobierno local llevará a la comisión informativa de Hacienda del próximo 15 de octubre contempla modificar la ordenanza del IBI para elevar el tipo impositivo del 0,62115 al 0,68326, lo que equivaldrá a un 10% más en la recaudación (2,1 millones de euros). “Hemos calculado que este porcentaje del 10% equivale al IPC acumulado desde 2011, período en el que el Ayuntamiento ha mantenido congelado el impuesto”, subraya el alcalde, quien remarca que “los vecinos estarán pagando únicamente el incremento del nivel de vida de 2011 a 2020, que es cuando se aplicará la medida”.
La previsión es que la modificación de la ordenanza pueda aprobar en el pleno del próximo 29 de octubre para que esté en vigor antes de que acabe el año y pueda ser efectiva a partir del 1 de enero de 2020.
Finalmente, el alcalde ha remarcado que no se aplicará ningún incremento en el resto de impuestos y tasas municipales y que en breve anunciará otros cambios para modernizar la ordenanza ampliando las bonificaciones especiales con el objetivo de “seguir generando oportunidades” y hacer de Vila-real “una ciudad competitiva y atractiva”, según explica.