Santiago Abascal incorpora a Vicente Barrera y a la castellonense Llanos Massó a su cúpula

Vox ratifica una dirección nacional con cuota de la Comunitat pero de incierta influencia   

Foto: EFE/Chema Moya
28/01/2024 - 

VALÈNCIA. Vox celebró este sábado su Asamblea General con cero sorpresas. Santiago Abascal fue ratificado como líder del partido para otros cuatro años con una dirección de su entera confianza en medio de la agitación interna. Lo hizo ante unos 2.000 asistentes, muchos menos de los que acudieron a Vistalegre en 2020, cuando reunieron a unas 9.000 personas.

Abascal ha elegido a Ignacio Garriga como secretario general y vicepresidente único; Jorge Buxadé, Javier Ortega Smith y Reyes Romero pasan a ser vocales. Una de las principales novedades de la nueva ejecutiva es la presencia de representantes territoriales, entre ellos de la Comunitat Valenciana: Vicente Barrera y la castellonense Llanos Massó. Aunque la decisión se interpreta como una manera de reaccionar a las críticas por la bunkerización y de dar visibilidad a los cargos más importantes en las autonomías, voces dentro de la formación consideran que estos puestos son más de apariencia que de poder real. 

Vox se ha caracterizado siempre por ser absolutamente jerarquizado, y eso no parece que vaya a cambiar. En el nivel orgánico, un núcleo muy escaso de personas lidera, en la práctica, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Mientras, los líderes provinciales son aquellos que más poder decisorio tienen en las autonomías. Por ejemplo, a la hora de escoger candidatos para las elecciones, configurar los comités ejecutivos o coordinar las estrategias municipales, sobre todo en aquellas localidades en las que gobiernan. Aunque, eso sí, con el necesario visto bueno de Madrid. 

La mayor autonomía en los territorios no es, por tanto, una asignatura pendiente en Vox. Es que ni siquiera es algo que se encuentre encima de la mesa por la manera de funcionar. Eso no quita que el partido sí haya querido tener un gesto de visibilidad con los cargos institucionales en las comunidades en las que gobiernan. A fin y al cabo, su fuerza se encuentra en estos lugares. Motivo por el que se han incluido en la ejecutiva al vicepresidente primero de la Generalitat, Vicente Barrera, y a la presidenta de Les Corts, Llanos Massó (a su vez líder en Castellón). Algo visto como una cuota de presencia y de respaldo explícito pero poco más.

El vicepresidente primero de la Generalitat, Vicente Barrera. Foto: EFE/Chema Moya   

Barrera se encuentra centrado en su labor institucional, ámbito en el que sí mantiene coordinación con la cúpula de Madrid, que transmite a los dirigentes autonómicos las estrategias en los territorios y los mensajes públicos que se han de lanzar. Así ha ocurrido, por ejemplo, con la amnistía, donde en el caso de la Comunitat han tenido que mantener equilibrios entre su reivindicación pública y la presión o ataque directo al PP, que se han producido sólo a nivel nacional. 

Algo similar le ocurre a Massó, que sobre todo anda volcada en su labor de presidenta de Les Corts –la segunda autoridad de la Comunitat–, aunque se consolida como referente del partido y lo maneja en Castellón. De hecho, a ella se le ubica en el ala dura de la formación, la que en este momento controla la cúpula de Vox. 

Con la presencia de representantes de dos provincias, Valencia y Castellón, hay algunas fuentes que mencionan el descontento por el hecho de que no se haya incluido a alguien de Alicante cuando fue en la que mejor resultado obtuvo Vox las pasadas elecciones generales. Aun así, el trabajo orgánico a nivel nacional no parece que vaya a estar, en el día a día, en manos ni de Barrera ni de Massó pese a formar parte de la dirección. Su influencia, por tanto, resulta incierta. 

De hecho, si se pregunta sobre alguien que sí tenga autoridad en Valencia, nadie duda en mencionar a Ignacio Gil Lázaro, que no ha sido incorporado a la ejecutiva nacional pero que es presidente en la provincia y recientemente pudo configurar su nueva dirección.   

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