VALÈNCIA. Allá por el año 1945, entre la convulsión de la posguerra española y la Segunda Guerra Mundial en Europa, el ilustrador e historietista valenciano Arturo Moreno estrenaba la película Garbancito de la Mancha, una historia de animación sobre un pequeño ser (un garbancito) que mediante la ayuda fantástica de un hada se convertía en un garbanzo con poderes. Moreno traía una historia que a primera vista puede parecer muy simple, pero que, con el paso del tiempo, ha ido descubriendo a su paso una serie de elementos que hacen que hoy haya que recuperarla de la historia: para empezar, fue el primer film de animación que se hizo fuera de Estados Unidos.
Hace unos días, la Filmoteca Española anunciaba que había adquirido nitratos hasta ahora desconocidos de la cinta Garbancito de la Mancha. Lo importante de todo es que esos nitratos estaban creados a través de un sistema audiovisual muy antiguo, llamado Dufay Chrome. Desarrollado por Louis Dufay en 1908, este sistema seguía estando a la vanguardia de la innovación audiovisual en la década de los 40. Permitía obtener imágenes en color a través de la incorporación de filtros de los colores rojo, verde y azul en la propia película. Los tonos se incorporaban a la película en líneas muy finas distribuidas reticularmente. El resultado era sorprendente para la época: una imagen en color.
Sin embargo, el sistema Dufay Chrome no triunfó ni se expandió debido a que, en la proyección, la retícula absorbía dos tercios de la imagen. En 1945, Arturo Moreno recuperaba este sistema en Garbancito de la Mancha y, después de haber unido todas las piezas del puzzle, el largometraje de 85 minutos se erige como el conjunto de imágenes más largo que existe que utilice el Dufay Chrome.
Si bien hasta ahora solo se conocía que la Filmoteca de Catalunya posee un fotograma de la película en el sistema Dufay, y que el British Film Institute de Londres tiene dos de los 10 rollos de 35 mm que conforman el largometraje, hace unos días la Filmoteca Española hacía público que ha adquirido ocho de esos diez rollos, lo que explica que el organismo tenga en sus manos la copia de proyección Dufay Chrome más completa que existe.
Ahora, el historiador del arte y arqueólogo Lucas Sáez, sobrino bisnieto de quien diera vida a Garbancito de la Mancha, explica algunas de las particularidades que esconde este film creado hace casi ochenta años por un valenciano.
Innovación descubierta casi un siglo después
“Lo novedoso de estos nitratos es la conservación del color -explica Sáez-. Químicamente conservan una matriz en los colores que hace que se conserven de manera más pura. Lo que conocíamos como la versión original de la película había ido perdiendo, de forma natural, los químicos y la tonalidad. Con estos nitratos se mantiene todo mucho más potente”.
Y la persona que ha permitido que todo esto se haga público es el coleccionista privado David Bull. En 2018 Bull encontró en Nueva York un fragmento de la película. Su pasión por el cine hizo que quisiera investigar todo aquello, hasta descubrir que prácticamente no se conservaban copias del filme, y que las existentes eran de muy mala calidad. Bull afirma que, al toparse con un descubrimiento así, “sintió el peso y la importancia del significado de los nitratos, tanto cultural como histórico”.
El coleccionista fue encontrando fragmentos de la película por distintos anticuarios. Según Lucas Sáez, “se encontraron por partes”. “Los rollos son diez y la Filmoteca ha comprado ocho -explica-. David Bull, conforme los iba encontrando, se dio cuenta de que formaban parte de un todo, y ha ido montando el puzzle. Destaca que, para él, Garbancito de la Mancha es ahora mismo tan importante como Blancanieves en Estados Unidos”. Explica que por este hecho sintió “el peso de su importancia y significado cultural e histórico”.
Un símbolo en la dictadura
Garbancito de la Mancha es una película especialmente interesante por dos motivos: el primero, que su sistema de proyección estaba a la vanguardia europea y mundial, en unos tiempos donde la innovación en una España recién salida de la guerra ni siquiera se concebía. Y segundo, por su vinculación con la dictadura franquista. “Si el argumento es sobre un garbancito con poderes -cuenta Sáez-, la película también juega con un elemento nacional [el Quijote, patente en el título del filme] que perpetúa conceptos como la valentía, el honor y el valor”. En este sentido, Sáez indica que “el valor histórico y cultural de la cinta es inmenso”. “Hay que tener en cuenta que nos situamos en el año 1945, época en la cual España no destacaba ni por innovar, ni por estar a la vanguardia de nada”. Sin embargo, como vemos, el valenciano Arturo Moreno fue el primero en hacer una película de animación fuera de Estados Unidos. “El resto de Europa, todavía sumido en la guerra, no podían dedicar sus esfuerzos a esto”.