CASTELLÓ. La Asociación de Exportadores de Fruta de Castelló (Asociex) acaba de renovar el consejo de su centro de Investigación Citrícola de Castelló, Iccsa (Investigación Citrícola de Castellón), mientras trabaja en el desarrollo de cinco variedades protegidas, algunas de las cuales podrían empezar a comercializarse en tres años.
Iccsa nació en 2009 de la mano de empresas de Asociex con el objetivo de impulsar nuevas variedades en Castellón que potenciaran la competitividad del cítrico local frente la competencia de fuera. Ahora ha procedido al proceso de reelección de su consejo que realiza cada cinco años, y del que forman las empresas que integran el espacio de investigación. De momento no tiene ninguna de sus variedades en venta ya que, según recuerdan desde la entidad, el proceso de estudio y registro es muy farragoso y de media puede prolongarse cerca de una década.
Pero la entidad ha puesto grandes esperanzas en las variedades que tiene en cartera, de las que confía en poder vender varias de las mismas en unos tres años. De manera que la primera fruta que comercializaría Iccsa sería 20 años después de su creación.
En estos momentos, según fuentes de la organización, tiene registradas dos variedades protegidas, una clementina tardía, la Iccsa 12; y la Meleta, que es un híbrido. Son dos frutas que cuentan con plantaciones por parte de los socios pero aún no están operativas en el mercado. Por otra parte, Iccsa tiene otras tres marcas en proceso de registros. Así, entre este bloque de cinco se prevé que Iccsa 12 más una segunda variedad se puedan vender en tres años.
"Es una tramitación muy lenta, las primeras variedades saldrían dos décadas después de crear el Iccsa", reiteran desde el centro de investigación.
Esta unidad de Asociex tiene en estudio 24.000 líneas de posibles variedades, de las que luego se hace un selección para concretar cuáles son las que más potencialidades tendrían para salir al mercado. Asimismo, dispone de una superficie de 85 hanegadas o 7 hectáreas.
Hay más empresas privadas que lanzan sus propias variedades protegidas, pero en el caso de Iccsa centra su campo de actuación en Castellón y con el apoyo de empresas y cooperativas de la provincia.
El centro de investigación es promovido por algunas firmas -no todas- de Asociex. Ahora lo integran 11, tres menos que hace cinco años. Cabe tener en cuenta que el sector citrícola ha experimentado en los últimos años un retroceso en el que han confluido su baja rentabilidad, la presión exterior, la pérdida de producción y la falta de relevo generacional.
También se han resentido en la última campaña las exportaciones nacionales por el incremento de las entradas de terceros países, principalmente de Egipto.
Y en estas circunstancias la investigación juega un papel esencial, a fin de potenciar el valor añadido de la fruta local frente a los precios bajos de los competidores de países emergentes.