Fotos: Antonio Pradas
CASTELLÓ. Siempre se dice que una imagen vale más que mil palabras. En el caso de Ciudadanos Castelló, esa instantánea escenifica una declaración de intenciones. El líder autonómico del partido liberal, Toni Cantó, bendice la nueva junta directiva de la agrupación de la capital de la Plana. Al menos, así se desprende del distendido encuentro celebrado en la Freiduría El Port del Grau. Y lo hace ante la polémica suscitada durante el proceso de primarias, en el que la lista que terminó ganando, la denominada continuista, se enfrentó en las urnas virtuales a la candidatura auspiciada por la coordinadora provincial, Cristina Fernández. Aquella porfía derivó, incluso antes de la votación, en un cruce de acusaciones e impugnaciones, sin que hasta la fecha la Comisión de Garantías se haya pronunciado al respecto.
Esa indefinición de Madrid contrasta con la concreción del Síndic naranja, que este viernes trasladó su apoyo al equipo de Juan José Povedano en el transcurso de una comida. En su estancia relámpago para solidarizarse con los sectores del món de la festa afectados por la covid-19, el barón naranja tuvo tiempo de reunirse con la dirección local después de haberlo hecho con anterioridad con el grupo municipal.
Cantó, que llevaba cerca de dos años sin desplazarse hasta Castelló, debatió con los miembros de la junta sobre temas de actualidad y agradeció el trabajo realizado hasta ahora. Una gratitud que hizo pública en su comparecencia con los medios, pero que quiso mostrarla de manera privada y personalizada en el almuerzo. A excepción de Mari Cielo Leiros, que se excusó por un asunto familiar, no faltó nadie. Además de Povedano, acudieron Adrián Cortés, Alejandro López, Esteban Ventura, Enrique Guimerá y José Martí.
Junto a ellos, el excoordinador, Félix del Pozo; los diputados autonómicos Vicente Fernández y Eduardo del Pozo; y el portavoz de Cs en el consistorio, Alejandro Marín-Buck. Estos dos últimos se encargaron de diseñar la agenda del político, que incluyó visitas al almacén de gaiatas, a la fábrica de tejidos Inmatex y a la alcaldesa de la capital de la Plana, Amparo Marco, que discurrió en un ambiente muy relajado.
A lo largo de la jornada no pasó desapercibida la ausencia de Fernández, por lo que el mentado Marín-Buck asumió la condición de anfitrión. Cantó no solo exhibió su sintonía con la nueva cúpula en la comida. También lo hizo previamente con sus declaraciones. Así, interpelado sobre las denuncias de unos y otros, restó importancia al episodio y aseguró que se enmarcan dentro de "la democracia interna. Entiendo que desde fuera a veces se viva de forma rara, pero nosotros lo vivimos con mucha normalidad". En efecto, ante la nueva etapa de Povedano "trabajaré con toda naturalidad con quienes son mis amigos, quienes son mis compañeros y con los que tengo, en ambos casos, una excelente relación", precisó.
El coordinador autonómico, asimismo, aprovechó la coyuntura para cerrar el capítulo judicial de la diputada castellonense Cristina Gabarda, condenada a pagar más de 13.000 euros, entre costas y multa, por injurias contra el presidente provincial del PP, Miguel Barrachina. "Creo que si se debiera actuar, se habría actuado. Si no se ha actuado es porque no ha lugar a nada más de lo que ya ha sucedido. Ya hizo lo que tenía que hacer, lo que le dijo el juez, y ya no hay más recorrido", subrayó.
Del mismo modo, Cantó zanjó el tema sobre Benicàssim respecto a una hipotética ruptura con el PP ante el interés del PSPV por presentar una moción de censura en el futuro. "El pacto que tenemos no corre ningún peligro. Estamos satisfechos, porque ha funcionado bien y sería irresponsable romper cualquier acuerdo", sentenció.