Las mejores imágenes de la retirada de la cruz de Ribalta (Fotos: Antonio Pradas)
Las mejores imágenes de la retirada de la cruz de Ribalta (Fotos: Antonio Pradas)
Las mejores imágenes de la retirada de la cruz de Ribalta (Fotos: Antonio Pradas)
CASTELLÓ. Hace hoy justo un año Castelló vivió uno de los episodios más tensos y de mayor confrontación social que se recuerda desde que existe la democracia. El 4 de enero de 2023, el denominado Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Podem-EU) cumplió su compromiso de retirar la cruz del Ribalta, en aplicación de la ley 14/2017 de memoria democrática. Lo hizo después de más de un lustro de polémica y litigios al iniciar en 2017 el expediente para sacar el lábaro del parque por ser considerado un vestigio del franquismo.
Un año después, la controversia sigue presente, aunque el nuevo equipo de gobierno en el Ayuntamiento, compuesto por el PP y Vox, se mantiene un tanto dividido acerca de la posibilidad de restituir un "símbolo religioso" en el pulmón verde de la ciudad. Mientras el partido de extrema derecha aboga por emplazar un lábaro, como este miércoles reiteró su portavoz, Antonio Ortolá, el principal socio del ejecutivo (el grupo popular) se remite al punto 70 del acuerdo programático para evitar pronunciarse sobre esta cuestión.
Así lo señalan fuentes consultadas que, sobre la simbología de la cruz, recuerdan que dicho punto habla sobre convenir una "ubicación en lugar relevante" para colocar "una escultura o monumento que honre la memoria y mantenga el recuerdo a las víctimas de violencia, como estableció ya el acuerdo municipal aprobado en los primeros años de la democracia".
Ese acuerdo alude a la resignificación aprobada por el pleno municipal el 31 de mayo de 1979 para cambiar el sentido del monumento, levantado en 1944 en recuerdo a los "Caídos por Dios y por España". Un argumento que siempre ha defendido el PP, especialmente la actual alcaldesa, Begoña Carrasco, para oponerse a su retirada. Con el Botànic, se consideraba el lábaro un vestigio de la dictadura, como así figuraba en el catálogo de la Conselleria de Calidad Democrática
A pesar de las distintas posiciones en el seno del bipartito, Vox está decidido a seguir con su particular cruzada judicial. "Continuaremos defendiendo en los tribunales que la actuación del Ayuntamiento fue ilegal. Lucharemos incansablemente por volver a poner una cruz en el parque Ribalta, que, despojada desde hace muchos años de toda connotación política, representa un símbolo cristiano arraigado en la historia de nuestra ciudad", señaló Ortolá.
La supresión del lábaro hace hoy un año acaparó los titulares de la prensa nacional. La compleja operación, que incluyó el reasentamiento en la explanada de la parroquia Santo Tomás de Villanueva (más de 10 horas de trabajo), estuvo marcada por las protestas, las concentraciones y los cánticos a favor y en contra. Los momentos de mayor tirantez, con intercambio de insultos entre grupos de defensores del símbolo y contrarios a él, se vivieron por la mañana. La violencia dialéctica derivó incluso en amenazas a los cargos institucionales y orgánicos de Compromís cuando hicieron acto de presencia.
La culminación del traslado cerró un capítulo de seis años, cuando el primer gobierno de izquierdas (Pacte del Grau) impelió el expediente en 2017. A partir de ese instante, los distintos litigios alargaron un proceso cuyo punto de inflexión se produjo en julio de 2021 con la firma del decreto de retirada. El Fadrell necesitó hasta tres licitaciones para encontrar una empresa dispuesta a ejecutar la actuación, que implicaba además restituir el jardín original de 1926. La valenciana Vainsa Infraestructuras eliminó el monumento en un día. Más tiempo le llevó rehabilitar el espacio ajardinado, que entregó al Ayuntamiento en marzo de 2023.