CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló pretende iniciar el derribo de la cruz de Ribalta "próximamente". Una vez adjudicados los últimos contratos asociados al proyecto del jardín (dirección de obras y catas arqueológicas), la adjudicataria de la actuación, Solaris Purgaret, tiene vía libre para empezar la ejecución cuando lo considere oportuno. Al contrario de lo que se creía, no existe impedimento legal alguno pese a seguir pendiente la resolución sobre las medidas cautelares solicitadas por Abogados Cristianos en su último recurso ante el Juzgado número 1 de lo Contencioso-administrativo.
Así lo asegura el portavoz del gobierno municipal, José Luis López, quien advierte que los servicios jurídicos municipales acreditan que se dan las garantías jurídicas para proceder a la retirada del monumento, considerado vestigio del franquismo, en aplicación de la Ley de Memoria Democrática. El regidor del Acord de Fadrell señala que ya no queda ningún expediente por adjudicar, por lo que en breve se firmará el acta de comprobación de replanteo para que la mercantil comience la actuación, que tiene una duración de seis semanas.
El último paso administrativo de la eterna tramitación se liquidó este jueves con la aprobación por parte de la Junta de Gobierno Local de la cesión de la cruz al Obispado. En el momento que la Diócesis Segorbe-Castelló comunique al Ayuntamiento que la explanada donde irá el lábaro está adecentada (en la parroquia Santo Tomás de Villanueva), se informará a la empresa a fin de que inicie el desmontaje del monumento.
De acuerdo con las prescripciones técnicas del proyecto, la cruz se trasladará a la iglesia en perfecto estado de conservación. Esto significa que si durante las labores de desarme se produce alguna rotura, Solaris Purgaret deberá proceder a la rehabilitación y reparación de aquellas partes dañadas. El levantamiento del monumento, con una pluma, revestirá cierta complejidad en vista de que existe un informe previo que avisa acerca del mal estado de la construcción, de hormigón armado con estructura metálica en su interior.
En cualquier caso, el compromiso del consistorio estriba en entregar al Obispado el monumento en óptimas condiciones para la colocación en el nuevo emplazamiento. Tras retirar la cruz del parque, la segunda fase de la actuación consistirá en la recuperación del jardín que existió en 1926 con especies arbóreas que han ido desapareciendo con el paso de los años.
La jardinería incluye la colocación del seto (Pittosporum tobira) que define la nueva área, así como la plantación de variedades vegetales utilizadas tradicionalmente en Ribalta. La zona interior se poblará de arbustivas. En concreto, de Prunus laurocerasus, Taxus bacatta o Senecio petasitis. En el punto con más luz, se colocarán los cedros (Cedrus deodara), cedro japonés (Cryptomeria japonica) o pinos canarios (Pinus canariensis).
Aunque el portavoz del gobierno no quiso pronunciarse este jueves sobre el arranque de los trabajos, la semana que viene podrían observarse movimientos de máquinas en el parque. Lo que es seguro es que a partir del lunes el Acord de Fadrell tratará de buscar una solución consensuada con otro tema relacionado con la Memoria Histórica como es el callejero. Si bien existe una única propuesta sobre la mesa para renombrar las calles consideradas vestigios del franquismo, la elevada por Cultura (Compromís), todo hace indicar que el PSPV también presentará la suya.
No en vano, el grupo municipal socialista muestra reticencias respecto a varios de los nombres planteados por su socio. Solo hay un acuerdo total con el Padre Ricardo y Germà Colón, como así reconoció López, sin precisar más en relación a Isabel Clara-Simó, Empar Navarro, Beatriz Guttmann y Guillem Agulló. Las vías que se pretenden cambiar son: Herrero Tejedor, Sánchez Gozalbo, Carlos Fabra Andrés, Santos Vivanco, Cronista Revest y Traver Tomás. Todas figuran en el catálogo de la Conselleria.