CASTELLÓ. Las diferencias entre el PSPV y Compromís en el Ayuntamiento de Castelló se acentúan a medida que avanza el calendario y se vislumbra en el horizonte la precampaña de las elecciones municipales de 2023. Dos de los tres socios de gobierno protagonizan un nuevo pulso apenas mes y medio después de saltar la polémica con la reforma de la Pérgola.
En esta ocasión, la causa de la nueva confrontación interna obedece al cambio del callejero, en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática. La formación valencianista cuenta con una propuesta para sustituir los nombres de personas vinculadas al franquismo en seis calles. Sin embargo, el grupo socialista frena el acuerdo al considerar que no surge del consenso entre los tres socios del denominado Acord de Fadrell (Podem-EUPV es el tercero).
Según el portavoz de la Junta de Gobierno Local, José Luis López, la recomendación elevada por Cultura, concejalía que depende de Compromís, "se deja encima de la mesa", a instancias del PSPV, para ser "abordada más adelante". La propuesta consiste en denominar las plazas Herrero Tejedor y Sánchez Gozalbo y las calles Carlos Fabra Andrés, Santos Vivanco, Cronista Revest y Traver Tomás como Isabel Clara-Simó, Empar Navarro, Beatriz Guttmann, Guillem Agulló, Padre Ricardo y Germà Colón, respectivamente.
En un comunicado, la formación que lidera Ignasi Garcia da una semana de plazo al colectivo que encabeza la alcaldesa, Amparo Marco, para que "pueda dar explicaciones a su ejecutiva de los cambios". En este punto, recuerda que siempre ha abanderado el diálogo en este tema. Para ello, aclara que "desde noviembre de 2021 y hasta en tres ocasiones se ha llevado la propuesta de nombres al seno del gobierno. De hecho, es en la celebrada el 2 de enero en la que el grupo socialista transmite que los cambios tienen que pasar por un órgano participativo", en alusión al Consejo Municipal de Cultura, que cuenta con representantes de todos los partidos políticos.
Asimismo, Compromís advierte que las competencias de nominar vías corresponden a Cultura, "y han pasado decenas de expedientes con anterioridad sin ningún cuestionamiento", precisa. Para finalizar, señala que "estas polémicas no dejan avanzar y trabajar por la recuperación y dignificación de la memoria histórica. Las amenazas de la derecha no pueden ser motivo para bloquear".
Frente a este posicionamiento, el PSPV acusa a su socio de ir por libre al subrayar que "la propuesta no se había tratado en el seno del gobierno antes de elevarla a aprobación. Defendemos que los nuevos nombres deben abordarse de manera conjunta y no de forma unilateral".
La fuerza mayoritaria del Fadrell valora "positivamente" que la modificación del callejero se debatiera en el citado Consejo Municipal de Cultura, "pero no es óbice" para que se trate internamente en el tripartito.
El enésimo episodio de fricción entre el Partido Socialista y Compromís se suma a una amplia lista de desacuerdos que se inició a principios diciembre de 2019 con la aprobación del nuevo código ético. La formación valencianista eligió ser leal a su socio y apoyó el texto de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) pese a que se mostró más partidario de incorporar el reglamento disciplinario del Botànic propuesto por Ciudadanos. En el pleno de ese mes, floreció la primera crisis de gobierno al alinearse el grupo de Garcia con la oposición en una moción sobre fiestas defendida por el PP y Cs, instando a convocar la asamblea y a restituir la Junta de Festes. Aquel incidente derivó en el desacord.
A partir de ese instante, los distintos puntos de vista brotaron en cuestiones como el presupuesto, la Relación de Puestos de Trabajos (RPT), los días no lectivos de la Magdalena o la ubicación de la Ciudad de la Música. Las divergencias del PSPV no solo han marcado (y marcan) las relaciones con Compromís, sino también con Podem-EUPV.