CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló ya evalúa cómo reducir el hachazo de la tasa de basura a partir de 2026. Desde hace semanas los técnicos municipales, a instancias de Alcaldía y en sintonía con Reciplasa, analizan las distintas fórmulas para aplicar bonificaciones en función del uso responsable que hagan los ciudadanos a la hora de reciclar y utilizar los distintos contenedores.
Entre las medidas que están encima de la mesa, parece claro que se activarán dos. La primera será poner en circulación una tarjeta verde para el contenedor marrón, el orgánico. Aprovechando el vencimiento de contrato de recogida y gestión, el consistorio licitará un nuevo servicio con vistas al próximo año que implicará el funcionamiento de depósitos inteligentes.
A través de esa tarjeta se realizará un seguimiento individualizado y aquellos que reciclen más obtendrán beneficios que en 2026 se reflejarán en el recibo mediante deducciones. Para evitar la picaresca (por ejemplo, arrojar bolsas con otros desechos distintos al orgánico), los contenedores llevarán parejos sistemas de control y vigilancia.
La otra medida que el Ayuntamiento pretende promover tiene que ver con la utilización de los ecoparques (tanto el fijo como los móviles). Aunque todavía está por definir, la idea sería premiar a los ciudadanos más sensibilizados con el reciclado. Cada visita a una de las instalaciones se anotaría por parte de los operarios y a partir de la suma de una cifra se aplicaría una deducción al año siguiente en la tasa de basura del 6% o del 7%.
"Queremos ser justos y queremos que quien más recicle menos pague. Pero en estos momentos, nuestro sistema no permite el poder aplicarlo. Por tanto, vamos a trabajar para que, más pronto que tarde, podamos disponer contenedores inteligentes. Que con una tarjeta se pueda premiar a la hora de reciclar. Y quién más recicle menos pague de tasa de basura y descontárselo directamente de la tasa", explicó este jueves la alcaldesa, Begoña Carrasco, durante la presencia del congreso de Anepma.
A estas acciones se añadirían otras en los próximos años, ya que la voluntad del equipo de gobierno radica en aliviar la presión fiscal sobre los castellonenses durante la presente legislatura. Sin ir más lejos, para 2025 se bajarán hasta cuatro impuestos. Como más relevantes, se producirá un descenso del 2% sobre el coeficiente municipal del IBI al pasar del 0'6624% al 0,6492%. Asimismo, se rebajará también un 2% el tributo del vehículo. Por ejemplo, un contribuyente que ahora haya pagado por su turismo 142,44 euros verá reducida la cuantía en 2,84 euros.
En 2023, el Ayuntamiento renunció a ingresar más de dos millones de euros por la bajada de impuestos. Además de reducir el porcentaje impositivo del IBI, impulsó la disminución de tipos y la bonificación mortis causa de la plusvalía, un recorte en el Bien inmueble de características especiales (BICE) y eliminó las tasas de las terrazas.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara