CASTELLÓ. La bajada del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que aprobará este jueves el Ayuntamiento de Castelló para 2024, a propuesta del equipo de gobierno (PP y Vox), afectará a un total de 144 .000 construcciones. Desde viviendas particulares, pasando por garajes, hasta trasteros, la reducción del coeficiente municipal en un 4% (del actual 0,69% se pasará al 0,66%) supondrá un beneficio para los ciudadanos de 1.011.683,62 euros. Para entenderlo mejor, la rebaja implicará que un recibo de 500 euros se abaratará en 20.
Sin embargo, la cuantía que se ahorrarán los castellonenses será mucho mayor si se suman la disminución de tipos y la bonificación mortis causa de la plusvalía (292.688,28 euros y 240.000 euros, respectivamente); el recorte en el Bien inmueble de características especiales, lo que se conoce como BICE y que afecta a las empresas del puerto (112.178 euros); y la eliminación de la tasa de las terrazas hasta el 31 de diciembre (350.000 euros). En total, 2.006.549,90 euros. Una cantidad a la que habrá que sumar 1,6 millones correspondiente al incremento de costes de Reciplasa y que no repercutirá en la tasa de basuras al "congelarse" el próximo año.
El plan fiscal impelido por la alcaldesa, la popular Begoña Carrasco, incluso va más allá, según anunció este martes el concejal de Economía, Hacienda, Empleo y RRHH, Juan Carlos Redondo, quien advirtió que se aprobarán más bajadas de contribuciones a lo largo de la legislatura (hasta 2017). Por ejemplo, se revisarán gravámenes como el impuesto de circulación, el IAE o el ICIO.
"Cumplimos con nuestro compromiso de bajar impuestos y los castellonenses se ahorrarán 3,6 millones de euros en el 2024", aseguró Carrasco en la presentación de las nuevas ordenanzas fiscales. "Queremos ser un gobierno útil y vamos a seguir escuchando a los castellonenses", remarcó para recordar que "la nueva fiscalidad nos permitirá avanzar en la elaboración del presupuesto municipal y que entre en vigor en enero, algo que no ha pasado en los últimos ocho años".
Para compensar la pérdida de ingresos por la disminución en la recaudación de impuestos y el pago de ese 1,6 millones, el ejecutivo municipal maneja distintos escenarios en las cuentas municipales del próximo año. La idea radica en eliminar aquellas partidas no comprometidas, y más ideológicas, que no afecten a los servicios públicos. Dicho de otra manera, las subvenciones y los gastos corrientes. Al menos, así figura en la instrucción sobre los planes departamentales.
En su comparecencia, Carrasco puso el acento en la rebaja del IBI, que "supone un ahorro para los hogares de un millón de euros. Se trata de una medida muy importante, que impactará positivamente en más de 144.000 de los 148.000 recibos, lo que representa al 97,22% de los contribuyentes de este impuesto". "En un momento de subida de los precios de los alimentos, de las hipotecas y de los alquileres, el dinero debe de estar en el bolsillo de las familias para que puedan afrontar esta situación de incremento desbocado de la inflación", argumentó.
En la misma línea, Redondo insistió en que el próximo ejercicio tampoco se repercutirá en el recibo de basura el aumento de los costes de Reciplasa. "Nuestro plan de rebaja fiscal es muy ambicioso y no se quedará aquí. Pensamos que es fundamental dar liquidez a las familias y a las pequeñas y medianas empresas", subrayó. “lo vamos a hacer sin perder la calidad de los servicios públicos que se ofrecen a la ciudadanía”.
Por su parte, el portavoz adjunto, Antonio Ortolá (Vox), también presente en la rueda de prensa, destacó que "vamos a demostrar que la rebaja fiscal, lejos de perjudicar a las arcas municipales, puede generar riqueza en forma de ocupación y de consumo. Estas medidas municipales se suman a la exención del impuesto de sucesiones y donaciones por parte del Consell y ayudan a los hogares y ha quienes crean empleo", concluyó.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara