CASTELLÓ. Si ayer decíamos que, pese a las dificultades, la música en directo nunca para. Tampoco lo hace el arte. Los centros culturales inician nuevo curso como naturalmente lo hacían antes de la pandemia: despidiendo unas exposiciones y dando la bienvenida a otras. 2022 llega con ganas de nuevas realidades, mundos imaginarios como los de Manuel Marsol, o con homenajes a grandes artistas locales como Pilar Dolz. Un arte que continua siendo crítico y que no concibe la creación sin la reflexión. Desde Castellón Plaza, hacemos una selección de aquellas muestras que están a punto de inaugurarse, pero también de marcharse.
Corre, que terminan
Let’s build a happy little cloud, de la vila-realense Gema Quiles puede verse en Les Aules de Castelló hasta el próximo 23 de enero. La artista toma como referencia la obra del pintor "de los accidentes felices", Bob Ross, para plantear cuestiones como la idea de escenificación, la situación del artista como creador o la precariedad y utopía. En su momento Bob Ross filmó más de 400 episodios enseñando a pintar una especie de naturaleza feliz. En su caso Quiles, genera un discurso propio donde convive lo natural y lo artificial.
Desde la Fundació Caixa Castelló, se pueden contemplar hasta el día 22 los diseños de Helio Piñón. Unas imágenes en 3D desde las que el arquitecto crea escenarios imaginarios para recrear, por ejemplo, las inmediaciones de un metro o el podría ser un más amable centro sanitario. Por otra parte, también se despide La ciutat perduda de Vicent Carda. Piedras, adoquines y ladrillos pintados en multitud de cuadros que quieren reflejar el crecimiento de las ciudades.
También, la galería Cànem está apunto de renovar su colección. Jorge Julve expone hasta este mismo día La pintura és la mesura de totes les coses. El creador centra su fijación en el cuerpo humano para tratar de entender las imágenes que nos van llegando en nuestro día a día. El cuerpo se convierte en la barra de medir de la pintura y la pintura en la de todo lo demás.