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Vivienda inaccesible, precariedad laboral y discriminación: lo que empuja al sinhogarismo en Castelló

Vivienda inaccesible, precariedad laboral y discriminación: los factores que empujan al sinhogarismo en Castelló

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CASTELLÓ. Con motivo del Día Europeo de las Personas sin Hogar, que se conmemora el próximo 23 de noviembre, el Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló pone el foco en la realidad del sinhogarismo en la provincia a través del testimonio de Esther Fresquet, colegiada y trabajadora social en el área de Inclusión de Cáritas Diocesana Segorbe-Castellón. Su experiencia diaria en el servicio de acogida y acompañamiento de esta entidad traza una radiografía de las dificultades que atraviesan las personas sin hogar y de los desafíos urgentes que deben asumir las administraciones públicas para garantizar los derechos fundamentales de este colectivo.

El servicio en el que trabaja atendió a 1.754 personas en 2024, de las cuales el 75% se encontraban en situación de sin hogar según la tipología europea ETHOS. Un dato especialmente significativo que, según señala, confirma la tendencia de los últimos años: "El porcentaje total ha aumentado en un 14% respecto a 2023, y ese año ya había crecido un 41% respecto a 2022", explica Fresquet.

Así, la realidad del sinhogarismo en Castelló, lejos de ser estática, se agrava. La inaccesibilidad a la vivienda, la precariedad laboral y la discriminación social del colectivo son factores estructurales que, según esta profesional del Trabajo Social, empujan al sinhogarismo: "La dificultad de acceso a la vivienda por el incremento desmesurado del alquiler, y la discriminación que sufren las personas más vulnerables están relacionadas con el aumento del número de ciudadanos y ciudadanas en esta situación", afirma. A ello se suma la precariedad laboral, el aumento del coste de la vida, procesos administrativos lentos, el aislamiento social y la falta de una red de apoyo sólida, junto a factores individuales agravantes, como problemas de salud física y mental, discapacidad, adicciones o la situación administrativa.

La trabajadora social también apela a las barreras que se repiten en la mayoría de casos: trámites telemáticos inaccesibles, falta de plazas residenciales, dificultades para empadronarse, esperas prolongadas en prestaciones sociales y recursos sanitarios saturados. "Los servicios públicos están desbordados. No hay personal suficiente ni recursos que atiendan esta realidad social", denuncia.

Un colectivo diverso e invisible

Esther Fresquet reconoce que el perfil de personas atendidas es diverso. Desde el punto de vista del género, "aunque la mayoría de quienes acuden al servicio son hombres, constatamos un cambio significativo: hay una tendencia al alza en mujeres, especialmente mujeres migrantes. En 2024, el 82% de las mujeres atendidas eran migrantes frente al 18% españolas".

Esta realidad, recuerda, obliga a no reducir el sinhogarismo a quienes duermen en la calle. Muchas mujeres se ven obligadas a sobrevivir mediante estrategias que las colocan en mayor vulnerabilidad: alojamientos inestables, dependencia de terceros o convivencia bajo amenazas.

Fresquet subraya además un problema social de gran calado: la invisibilidad. "Las personas sin hogar coinciden en la sensación de ser invisibles. Están en el espacio público, pero no se les ve. Muchas veces se les considera responsables de su situación, lo que las deshumaniza", explica. El estigma y los prejuicios dificultan incluso los procesos de cambio personal: "Es común que piensen, por el trato recibido, que no merecen otro tipo de vida". A ello se une el estigma "anclado en la sociedad y que cuesta desmontar" y que conduce a un trato discriminatorio. "Hace falta más sensibilización social y promover políticas inclusivas".

El papel del Trabajo Social: acompañamiento integral y restauración de vínculos

El servicio de acogida y acompañamiento de Cáritas funciona mediante una intervención individualizada, liderada por un equipo multidisciplinar. "Cada técnica es referente del proceso de acompañamiento de las personas en grave exclusión. Se diseña junto a ellas un plan de trabajo, adaptado a sus capacidades, ritmos y necesidades", sostiene Fresquet. Este acompañamiento va mucho más allá de cubrir necesidades básicas: busca recuperar autonomía, reconstruir vínculos y fortalecer capacidades dañadas por años de precariedad y trauma. "Creamos vínculos de confianza; el objetivo es que la persona se sienta partícipe y protagonista de su proceso".

Soluciones desde una perspectiva de derechos: la vivienda como pilar

"Las soluciones al sinhogarismo deberían centrarse en garantizar el acceso a la vivienda y a los servicios básicos como un derecho humano. Sin un hogar es extremadamente difícil encontrar empleo o acceder a recursos educativos o de salud, lo que perpetúa la situación de exclusión y pobreza", corrobora Fresquet. Por ello, incide: las políticas públicas deben estar enfocadas en garantizar la protección social que contemple todos los mecanismos dirigidos a la reducción de las situaciones de vulnerabilidad, pobreza y exclusión, desde una perspectiva de igualdad, equidad y universalidad, entre otras. "El sistema público de Servicios Sociales, por ejemplo, es uno de los pilares fundamentales del sistema de protección social, junto con las diferentes prestaciones y acciones que se encaminan a corregir las situaciones de desigualdad", añade.

La trabajadora social destaca como medidas imprescindibles una vivienda asequible y accesible, la garantía de derechos y servicios básicos, el acompañamiento integral y personalizado, las políticas contra la discriminación y la participación activa de las personas en su proceso.

Con todo, esta profesional incide en un mensaje: "El sinhogarismo no se reduce a las personas que duermen en la calle o duermen temporalmente en recursos residenciales tipo albergues, sino que también incluye a las personas que viven en viviendas inseguras o inadecuadas". "Esto es importante porque, desde una perspectiva reduccionista, quedan invisibilizadas las situaciones que padecen un gran número de mujeres, que van buscando estrategias para no dormir en la calle, alternativas que las hacen más vulnerables, como vivir en viviendas inseguras: bajo amenaza de desahucio, acogidas por parte de familiares o amistades, ocupaciones ilegales, bajo amenaza de violencia machista, intercambiando cuidado a cambio de alojamiento, etc.", advierte.

A través de la voz de esta trabajadora social, COTS Castelló se une a la reivindicación ante las administraciones de una financiación suficiente que permita desarrollar políticas públicas inclusivas, en las que las necesidades específicas de las personas que se encuentran en situación de sinhogarismo estén contempladas sin dejarlas fuera de la red de recursos públicos y eliminando las barreras que dificultan el acceso a los mismos. "Que se invierta también lo suficiente en garantizar la protección social, de forma que las situaciones de vulnerabilidad no se conviertan en situaciones de grave exclusión social, detectando las situaciones de riesgo e interviniendo de forma temprana", concluye.

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