CASTELLÓ. Los jugadores del Castellón pisaron el jueves las instalaciones de Castalia para someterse a una serie de pruebas físicas, psicológicas y nutricionales como paso previo para retomar los entrenamientos. Lo hicieron dos meses después de su más reciente aparición en dicho recinto, donde entrenaron por última vez antes de que el Gobierno decretara el estado de alerta.
El regreso de la plantilla albinegra a su estadio se produjo tras la reapertura de dependencias municipales anunciada ayer por el Ayuntamiento, coincidiendo con el avance de la ciudad a la fase 1 de la desescalada. De esta forma, el equipo orellut podrá seguir el protocolo establecido por la Federación Española de Fútbol (RFEF) para el regreso de la competición.
El visto bueno del Consistorio para que el Castellón pueda desarrollar su vuelta gradual a la actividad permitirá que el equipo de Óscar Cano pueda entrenar con vistas al 18 de julio, fecha prevista para el inicio del play off de ascenso en formato reducido. Esa etapa podría iniciarse el lunes con las sesiones individuales, siempre que para entonces se hayan completado las medidas de desinfección que tiene programadas el club para garantizar la seguridad de jugadores y cuerpo técnico.
A la espera de confirmar la fecha definitiva del primer entrenamiento, lo que sí es seguro es que el Castellón no va a utilizar otras instalaciones para preparar su vuelta a la competición antes de desplazarse a la sede del play off exprés. Castalia será el único lugar en el que se va a ejercitar, lo que descarta su presencia en el Javier Marquina del Grau o en la Ciudad Deportiva de Marina d’Or, en Oropesa, donde también ha trabajado antes del parón.
Así pues, el estadio castellonense acogerá los entrenamientos albinegros durante siete semanas, periodo de preparación estimado por el protocolo de la RFEF para afrontar la parte final de la competición y que para el Castellón podría limitarse a 90 minutos, los que le llevarían a Segunda División en caso de superar la ronda de campeones.