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Garamendi no 'se moja' sobre el azulejo y no presionará para rebajar los requisitos de emisión

25/02/2022 - 

CASTELLÓ. El presidente de la patronal estatal, Antonio Garamendi, vuelve a eludir su apoyo explícito a la industria azulejera. Preguntado por este diario acerca de posibles vías de presión por parte de CEOE para que Bruselas reconsidere las exigencias en el recorte de emisiones que tanto suponen para el sector cerámico castellonense, Garamendi se limita a señalar que este es "un problema de difícil solución y lo que hay que ver es qué se puede hacer para ayudar a la industria". 

La de las ayudas es una posibilidad que ya persigue, por ejemplo, la Generalitat Valenciana. Pero la resignación del presidente de la patronal española respecto a los condicionantes al azulejo (y a otras industrias) contrasta con la permisividad que él mismo reconoce respecto a otros países, como Alemania, donde "el 40% de la producción es con carbón", tal y como señala; o en Francia, donde "el 70% de la energía es nuclear", que la Unión ha declarado como verde

En este contexto, la industria azulejera deberá hacer frente a un recorte de emisiones de alrededor de un 55% en 2030, para lo cual no cesa de pedir más tiempo, dado el cambio tecnológico que esto supone. Y, mientras tanto, estos derechos no cesan de encarecerse, entre otras razones por el negocio que fondos inversores hacen con ellos y que el presidente de la patronal obvia, aunque sí reconoce el encarecimiento: "Cuando emites CO2, lo pagas; y cuando lo hacen los demás, se encarece". 

Sin mención a una posible presión

En su visita a Castellón para inaugurar la sede de la delegación de la CEV en la provincia, el presidente de la CEOE apuntó este jueves que los temas de energía que dependen de Bruselas "se prolongan en el tiempo y son de largo recorrido; no existe una solución a corto plazo". Pero por eso mismo la capacidad de acción todavía debería ser posible. 


La postura de Garamendi recuerda al enfrentamiento que en el arranque del otoño de 2019 mantuvo con Ascer, cuando como presidente de la CEOE tomó partido por las compañías gasistas ante la revisión regulatoria planteada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para el sector. Ello motivó una agria controversia con el azulejo, también socio de la CEOE, en la que se limaron asperezas... que no convencieron a nadie. 

Este jueves, en el Grau, Garamendi alertó de las consecuencias que la invasión de Ucrania por parte de Rusia puede tener en el plano energético. Pero tampoco fue demasiado tajante, ya que señaló que el suministro está "garantizado" gracias a los gasoductos argelinos y las regasificadoras, que suponen "una ventaja" para España. Así, tan solo indicó que sí puede haber "una tensión de inflación" en los precios. Como si eso fuera poca cosa para el sector azulejero. 

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