CASTELLÓ. Industrias Dolz incide en su consolidación. Y para ello amplía su nicho de negocio, que pasa de estar estrictamente centrado en las bombas de agua a sumar los kit de distribución, un producto más amplio de mantenimiento del vehículo y que incluye al primero. Esto se debería dejar notar ya en las cuentas de 2019, mientras que la compañía castellonense cerró 2018 con una facturación ligeramente superior a la del ejercicio anterior, cuando cerró por encima de los 44 millones de euros.
La "presencia consolidada" de la firma de Almassora en los mercados europeo y estatal, en los que el grupo factura el 65% de su producción (con un crecimiento del 5% respecto a 2017) es un síntoma de la buena salud de la compañía, tal y como destaca su director general, Jesús Dolz. No en vano, el crecimiento en los mercados tradicionales vino acompañado por un aumento de la facturación de la planta de Almassora, mientras en su conjunto, el grupo, Global Automotive Parts (con factorías también en China, Argentina y Brasil), redujo su facturación en algo más de dos millones, hasta los 51.
Eso sí, parte de la facturación de la planta castellonense se alcanza gracias a que la fábrica china funciona "como centro logístico de aprovisionamiento de componentes" de la factoría española y de la argentina, apunta Dolz. Asimismo, la factoría de Suzhou también abastece al mercado chino, "donde somos marca reconocida y con una buena posición en el recambio", remarca el director general de la compañía. En cuanto a la planta de Buenos Aires, "básicamente tiene una actuación local", donde la firma castellonense también tiene una posición de "liderazgo".
Tras completar el traslado a sus nuevas instalaciones en el primer trimestre de 2018, la compañía se encuentra centrada actualmente en mejorar su eficiencia. Para ello, está llevando a cabo mejoras operativas, centradas "en la implantación del lean manufacturing en todas nuestras secciones", apunta Dolz.
Este tipo de producción, basada en una gestión más eficiente, que trata de reducir sobrecostes y ajustar la fabricación a las necesidades, se ha convertido así en el nuevo objetivo a alcanzar, con el que la compañía ya ha conseguido "importantes mejoras en costes de producción, en nuestros niveles de servicio y también disminuciones en nuestros niveles de stock" sin que se haya dejado notar en la productividad de la factoría, detalla Dolz.
De hecho, la planta de Almassora, la joya de la compañía, repitió en 2018 unos beneficios de 2,8 millones de euros, mientras en el conjunto del grupo las ganancias netas cayeron ligeramente, hasta los 1,35 millones.
Buenas cifras para un grupo del que, antes del verano pasado, el fondo Realza Capital, propietario del 90% de Industrias Dolz, anunció su intención de vender su participación en la firma por un montante de unos 100 millones de euros. De momento, esto no se ha traducido en ningún movimiento en una compañía que, tras más de 80 años de liderazgo en la fabricación de bombas de agua para los vehículos, y con presencia en más de 70 países, ha dado en los últimos años un nuevo salto con la inauguración de las nuevas instalaciones de Almassora.