La feria de Todos los Santos logra el "sí" municipal, pero ahora no saben dónde debe instalarse

CASTELLÓ. Castelló está cada vez más cerca de recuperar la feria de atracciones tras dos años en blanco por culpa de la pandemia. La petición de la asociación de montar entre el 15 de octubre y el 28 de noviembre, con ocasión de la festividad de Todos los Santos, cuenta ya con el beneplácito del Ayuntamiento al haber mejorado ostensiblemente la situación epidemiológica en la ciudad. Sin embargo, existe un inesperado contratiempo, que deja un tanto en el aire la posibilidad de que los castellonenses vuelvan a disfrutar de las atracciones. Se trata de la ubicación.

Debido a la nueva distribución de los puestos del Mercado del Lunes por la covid-19, mucho más distanciados, ocupando tanto la zona cubierta como el aparcamiento del recinto, los feriantes no disponen de espacio suficiente para colocar sus infraestructuras. Ante esta tesitura, el consistorio plantea como única solución apostar por otro emplazamiento. Por ejemplo, el parking de Goliat (o Grapa), donde antiguamente se instalaba la feria.

Vallado y grupos electrógenos

Esta alternativa, empero, no acaba de convencer a los profesionales por varias razones. Primero, por el encarecimiento de la luz al verse obligados a contratar grupos electrógenos. Segundo, por el sobrecoste de tener que vallar toda la zona, ya que una de las exigencias para obtener la autorización reside en garantizar el control del aforo y, para ello, resulta necesario que exista un perímetro cercado. Y tercero, por las posibles quejas de los vecinos a consecuencia del ruido, sobre todo los fines de semana.

En efecto, los vendedores ambulantes defienden que el lugar idóneo es el recinto de Ferias y Mercados, dado que cumple todas los requisitos. Además, permite aplicar el protocolo sanitario con el propósito de garantizar la separación social, el uso de la mascarilla y la desinfección. Durante la próxima semana las dos partes seguirán hablando para llegar a una entente en vista de la voluntad por recuperar la feria ahora que los datos de la covid-19 conceden una mayor flexibilización respecto a las restricciones.

No en vano, las medidas decretadas por el Consell a principios de septiembre, y vigentes hasta el próximo lunes, favorecen la instalación de atracciones, siempre con un aforo máximo del 75% y la ocupación del 50% de cada fila en aquellas instalaciones con asientos. Con esos requisitos, València pudo tener feria durante las pasadas Fallas.

La idea de los feriantes pasa por abrir alrededor de 70 puestos en Castelló. Al margen de la noria, el tren de la bruja o tiovivos, prevén montar tómbolas, autos de choque, el pasaje del terror y la rana saltarina, entre otros. Tampoco faltarán las tradicionales casetas gastronómicas y las churrerías.

En 2020, a pesar de las repetidas solicitudes a la Conselleria de Sanidad, resultó imposible instalar atracciones en la capital de la Plana debido la tercera ola, que se mostró especialmente virulenta tras la Navidad.