CASTELLÓ. Las obras de urbanización de los viales situados en el entorno del IES José Vilaplana, que permitirán acometer posteriormente la ampliación del instituto, culminarán en abril del próximo año con un sobrecoste del 15% respecto a la previsión inicial. El incremento del precio de los materiales de construcción debido a la alta inflación ha obligado al Ayuntamiento de Vinaròs a revisar al alza su previsión económica. Y eso que la empresa Becsa inició los trabajos a finales de abril tras adjudicarse el contrato por 542.784 euros, cifra bastante inferior a los 663.814 euros de la licitación.
La mitad de las obras las paga la Unión Europea con cargo a los Fondos Feder 2014-2020, por lo que el impacto del encarecimiento de los trabajos para las arcas municipales será más leve.
El consistorio barajó inicialmente un presupuesto para las obras de 473.495 euros pero hace casi un año lo corrigió al alza para evitar que el contrato quedara desierto, lo que habría retrasado varios meses el inicio de los trabajos.
Para trazar el nuevo vial de acceso al instituto, Becsa ya está inmersa en la ampliación de la avenida Gil de Atrocillo. La nueva traza mantiene los 20 metros de anchura con una superficie ajardinada, carril bici y aceras. Quedará pendiente para una segunda fase la ejecución de un vial de servicio para la vía férrea y otro que enlazará con la avenida Gil de Atrocillo.
Más al norte del propio vial, en una parcela municipal situada justo en el cruce con la avenida Juan XXIII, el consistorio licitará en breve las obras para desarrollar un parque. Los trabajos están presupuestados en 146.410 euros.
Además de la adecuación del entorno del IES José Vilaplana, el consistorio de Vinaròs tiene actualmente múltiples frentes urbanísticos abiertos. Uno de los que se arrastra desde hace más años es el Plan de Reforma Interior de la UE-2R06 Raimundo de Alós. El proyecto fue adjudicado en 2004 a la promotora Vinaròs Mediterrani pero lo anuló el TSJCV diez años después.
Tras un período de zozobra, el consistorio ha resucitado la iniciativa urbanística y la ha entregado a la mercantil Inversiones Inmobiliarias Canvives, vinculada a Aliseda Inmobiliaria, al ser la propietaria mayoritaria del suelo.
El Plan de Reforma Interior prevé edificar dos manzanas residenciales de 4 y 6 alturas en el solar de 3.746 metros cuadrados situado en la calle Raimundo de Alós, justo enfrente del parque del Llagostí. En ese solar, además de Aliseda Inmobiliaria, también tiene terrenos la promotora Zyssa Peñíscola, un particular y el propio Ayuntamiento.
La operación inmobiliaria también derribará el bloque de casas abandonadas de la calle Poniente para ampliarla a nueve metros de anchura y dar continuidad así a la plaza Primero de Mayo hasta el cruce con Raimundo de Alós.
No han corrido la misma suerte otros dos proyectos urbanísticos que también permanecían paralizados desde la época de la burbuja inmobiliaria. El primero de ellos, el sector industrial SUI06, pretendía urbanizar una pastilla de suelo industrial anexo al Camino Viejo de Rossell. La promotora Augimar, hoy en liquidación, quebró antes de que iniciara las obras de urbanización de los terrenos. El Ayuntamiento ha cancelado el proyecto y se ha incautado los 244.850 euros que Augimar depositó en su momento como aval.
Lo mismo ha ocurrido con la unidad de ejecución UE-2R12, que también ha sido cancelada. En este caso la intentó impulsar sin éxito la empresa local Promociones Residencial La Siesta.