CASTELLÓ. El Acord de Fadrell se prepara para vivir un intenso arranque del nuevo curso político en el Ayuntamiento de Castelló. El mes de septiembre se vislumbra especialmente agitado por los numerosos frentes abiertos. La covid-19, Fiestas, el Plan General, el Camí Caminàs y la Agenda Urbana 2030 ocuparán gran parte de la actualidad municipal, sin olvidar otras cuestiones como el derribo de la cruz de Ribalta, las exhumaciones en el cementerio de San José o el debate sobre el estado de la ciudad, previsto para el jueves 17.
Respecto a la pandemia, la situación por los rebrotes y las medidas del Ministerio de Sanidad condicionarán la acción del ejecutivo local. Incluso, la posibilidad de recuperar los plenos presenciales, una decisión que la alcaldesa, Amparo Marco, tomará en esas semanas en función del nuevo escenario.
Lo que determine la primera munícipe, probablemente, afectará al Consell Rector de Festes, que deberá abordar el cumplimiento de la moción presentada por el PP y Ciudadanos el 19 de diciembre de 2019 acerca de convocar la asamblea del món fester e instaurar la Junta de Festes. Será la primera prueba de fuego para Omar Braina, que sustituye a Pilar Escuder al frente de la concejalía en la reestructuración impulsada por Marco a raíz de la marcha de Rafa Simó al puerto.
Del Plan General también habrá novedades. Los técnicos municipales ultiman las correcciones en la Declaración ambiental y territorial estratégica (Date) para ajustar las piezas estructural y pormenorizada, los dos documentos básicos. Con la autorización de la Conselleria de Transición Ecológica, el Ayuntamiento estará en disposición de impulsar una nueva exposición pública, adentrándose en la siguiente fase del farragoso procedimiento administrativo.
Paralelamente, se avanzará con la reforma integral del Camí Caminàs, pendiente desde 2018. Fuentes del equipo de gobierno insisten en que el Ministerio anunciará la aprobación de la actuación para recibir fondos europeos en septiembre. La aceptación permitirá activar la licitación de la obra, valorada en 4,61 millones de euros, que transformará por completo 6,94 kilómetros de la vía pecuaria.
Otro proyecto que cogerá velocidad es la Agenda Urbana Castelló 2030, cuya adjudicación se conocerá en las próximas semanas. Dos empresas se disputan en la actualidad el contrato de asistencia técnica para la elaboración, implementación, seguimiento y evaluación. Un documento que sentará las bases del desarrollo de la ciudad a lo largo de los próximos 10 años. La previsión del Fadrell pasa por empezar en septiembre con la fase de Elaboración del Diagnóstico Estratégico, que incluirá un análisis DAFO y contará con un proceso participativo a través de la implicación del Consejo Social.
A estos retos se sumarán otros, entre los que destacará el derribo de la cruz de Ribalta. Inadmitido el recurso de Abogados Cristianos, el tripartito (PSPV, Compromís y Podem) espera que el expediente evolucione favorablemente a la vuelta de las vacaciones. Eso significará haber culminado el proceso de resolución de las 39 alegaciones como paso previo a los decretos para la retirada del vestigio franquista.
En efecto, la reanudación de la actividad parlamentaria marcará un punto de inflexión para que el Fadrell pueda desarrollar sus líneas estratégicas en clave presupuestaria.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara