Rivera enseña el camino a Julià tras la debacle y el 10N deja a Ciudadanos noqueado en Castellón

CASTELLÓ. El 10N acorrala a Sandra Julià. No solo por los malos resultados, sino también por las primeras consecuencias en la dirección nacional de Ciudadanos con la dimisión de Albert Rivera. La secretaria de Organización en la provincia de Castellón vive sus momentos más críticos. Un amplio sector de la militancia cree que debe abandonar el cargo sin más dilación, primero para depurar responsabilidades por la debacle electoral y segundo para que cumpla con el mandato que viene proclamando a sus más allegados desde hace meses: su deseo de abandonar.

La pelota está ahora mismo en el tejado de Julià y, dependiendo de qué camino coja en los próximos días, precipitará una intervención de Valencia, cuyo líder, Toni Cantó, considera imperativo iniciar una profunda regeneración en la provincia. El Síndic de Ciudadanos en Les Corts cree que ha llegado el momento de sentar las bases de una estructura provincial sólida, lo que no sucede ahora, para a partir de ahí empezar a recuperar la confianza perdida a lo largo de estos años.

Y en ese proceso de renovación la marcha de la exdiputada nacional no requiere ni siquiera de un debate interno. El hundimiento de la formación naranja en la provincia, a imagen y semejanza de lo acontecido en el resto del territorio nacional, obliga a apostar por nuevos referentes y a Julià se le ha acabado el crédito. Al menos, así lo entiende la cúpula territorial, más cuando la anarquía parece haberse instalado en la agrupación local de Castelló, la más importante en la provincia y cuya junta no acaba de entender lo sucedido el domingo pese a que las encuestas auguraban un desmoronamiento de Cs.

Sin ir más lejos, en los grupos corporativos de Whatsaap algunos dirigentes seguían incrédulos este lunes sobre la caída de Julià, quien había repetido como diputada nacional en las dos últimas convocatorias de generales desde 2016.

Las opciones que se barajan para rearmar Ciudadanos pasan irremediablemente por la marcha de la secretaria de Organización, según defienden desde de Valencia y también una gran parte de las bases en Castellón. En este escenario, las dudas surgen sobre el proceso interno.

Las alternativas

En la actualidad Cs se sustenta en tres pilares básicos en la provincia: la citada secretaria de Organización; el secretario Institucional, Benjamín Martí; y la portavoz, Merche Ventura. Estos dos últimos entrarían en las quinielas para suceder a Julià, aunque las circunstancias de cada uno plantean otras posibilidades, como encumbrar algún cargo institucional. Por ejemplo, al concejal de la Vall d'Uixó, Manuel Hernández, bien considerado por un amplio sector de la militancia; o el diputado provincial Domingo Vicent.

También se valora la trayectoria de Cristina Fernández, líder de Cs en la Diputación de Castellón y que siempre ha estado en sintonía con la dirección autonómica. No en vano, postuló a Jesús Merino como alcaldable ante la falta de candidatos que cumplieran el perfil adecuado para aspirar a la alcaldía de la capital de la Plana.

Sea como fuere, la única certeza es que, como consecuencia del 10N, Julià ha perdido la práctica totalidad de apoyos en la provincia. Solo mantiene la confianza de una debilitada junta local liderada por Félix del Pozo, que también está en entredicho por sus últimas decisiones, contradiciendo en ocasiones las directrices marcadas desde la capital del Turia.

Esta semana se avecina clave para evitar que la crisis interna en Cs acabe en una disgregación. Cada vez son más las voces que piden en la provincia cambios urgentes y drásticos en los órganos de gestión. De lo contrario, la fuga de afiliados descontentos puede convertirse en una constante.