CASTELLÓ. En un mundo cada vez más urbanita y globalizado, en el que reina la despoblación de los interiores, hay quienes buscan volver a sus raíces para encontrar las oportunidades. La emblemática Casa Palacio del Obispo Beltrán de la Serra d'en Galceran, construida en el último cuarto del siglo XVIII ha regresado a la vida a través de una rehabilitación llevada a cabo por la empresa castellonense especializada en plantas solares Valfortec. La compañía, además de invertir 550.000 euros en su adecuación, ha ubicado su sede social en el inmueble y realizará sus consejos de administración allí.
El edificio, situado en el número 5 de la calle de nombre homónimo, consta de una planta baja, en la que hay un vestíbulo que conserva el pavimento de canto rodado primigenio, y dos pisos superiores. El inmueble se restauró de manera integral hace 15 años y guardaba en su interior de manera intacta toda una serie de objetos de alto valor como, por ejemplo, un rico alicatado de cerámica con una gran variedad de motivos animales, vegetales o incluso de oficios. De hecho, el espacio se ha abierto al público en varias ocasiones para acoger visitas al mosaico.
Además, también se recuperó de los aposentos del obispo su imponente cama de madera y algunas vestimentas como una sotana, unos calzones y una casulla. A día de hoy, todos esos bienes, restaurados en su momento por el Servicio Valenciano de Restauración, pueden contemplarse en el Museo Municipal Obispo Beltrán, ubicado en el Palau Calduch. En la colección, también están presentes algunos escritos y libros del obispo.
El Obispo Felipe Beltrán i Casanova fue una destacada figura religiosa del siglo XVIII que nació en de La Serra d’en Galceran en el seno de una familia humilde dedicada a la agricultura en 1704. Pronto, Beltrán se marchó a Valencia para cursar sus estudios de Filosofía, Artes y Teología. Una vez completados, su primera etapa como religioso discurrió por las poblaciones valencianas de Bétera (1739- 1752) y Massamagrell (1752-1759) para terminar estableciéndose en Salamanca como obispo en 1763.
Una década después, en 1774, el eclesiástico entró a formar parte del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición como Inquisidor General hasta su muerte en 1783. El Obispo Beltrán destacó en su época por una ideología religiosa abierta, compatible con la razón ilustrada. De hecho, su casa-palacio fue un espacio clave en la época conocida como el 'siglo de las luces'. El eclesiástico recibió destacadas distinciones en vida como la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y ejerció como académico de honor de la Academia de la Historia.
Con la acción, materializada hace unos días, Valfortec pretende "rendir homenaje" a las raíces de la localidad en la que se fundó la empresa. El director general de la compañía, Fidel Roig, también natural de la localidad de la Plana Alta, muestra su ilusión con la noticia, ya que “entender la trayectoria de la compañía sin tener en cuenta la historia, la cultura y en definitiva la esencia de La Serra d’en Galceran es imposible, ya que ambas han ido de la mano siempre”. Asimismo, la compañía liderada por Roig quiere “poner en valor y homenajear el rico patrimonio que supone la Casa Palacio del Obispo Beltrán” para la localidad.